El Ford Mustang Bullitt es una versión especial del 5.0 V8 GT, y está concebido como homenaje al Mustang que aparecía en la película “Bullitt” (1968). Evoca a aquel modelo con su pintura verde o su pomo del cambio blanco pero apenas hay cambios mecánicos, y su precio es de 55.550 euros, 6.000 más que el Mustang 5.0 V8 GT. Por eso está destinado a caprichosos solventes.

El Mustang de la gran pantalla
Pocos coches míticos van tan unidos a un personaje como el Mustang a Steve McQueen, y todo gracias a la película “Bullitt” de 1968, en el que actor conducía durante una memorable persecución un Mustang verde de 6.4 litros. En Ford creen que nada ha sido capaz de capturar el espíritu y la emoción del Mustang como esa persecución. El nuevo es el tercer Mustang Bullit que se lanza, tras las ediciones de 2001 y 2008. Cada coche llevará numeración, pero no se ha establecido una cantidad fija de unidades que se van a fabricar. Solo que estará en producción aproximadamente dos años.

Fue en marzo, en el salón de Ginebra, la primera vez que vimos el nuevo Mustang Bullitt, pero ha sido ahora cuando hemos tenido la ocasión de conducirlo y conocer sus detalles. Y es que son los matices lo que dan sentido a esta versión, teniendo en cuenta que no hay diferencias mecánicas o de equipamiento de importancia.

Detalles únicos
Respecto al nuevo Mustang de 2018 (actualización del que se lanzó en 2015) el Mustang Bullitt se diferencia a primera vista por la parrilla delantera negra con bordes cromados, y sin el caballo “Mustang” en el centro. También lleva cromados en las manillas o alrededor de las ventanillas delanteras, llantas Torque Thrust de 19 pulgadas y pinzas de freno rojas, detalle este último que a nuestro parecer no encaja mucho con el estilo “retro”.

Visto desde fuera, solo pone “Bullitt” en la falsa boca del depósito que hay en el centro de la parte trasera. También tiene mucho encanto la palanca de cambio (el Mustang Bullitt solo se vende manual) con una bola blanca, como en el coche de 1968. El color verde metalizado es específico de esta versión aunque no es el mismo que el del coche de la película, y ha sido remasterizado con la última tecnología.

En el interior las costuras de los asientos van en verde y el logo de “Bullitt” aparece en el volante y la parte derecha del salpicadero. Más allá de la decoración, al volante el Bullitt se siente igual que el 5.0 V8 “normal”. Rinde 460 CV en lugar de los 450 del de serie gracias a la admisión modificada, pero no sabemos quien podría notarlo.

Disfrute con sabor americano
Es un coche más bien grande y pesado pero en marcha resulta equilibrado, con una dirección precisa y unos frenos eficaces. La experiencia de conducción es peculiar porque ves el gran capó delante de ti, y vibras con la fuerza y el sonido del fantástico y genuino V8. También tiene su encanto el tacto del cambio manual duro, no demasiado pero sí más que sus competidores. Lleva además un sistema que en las reducciones hace automáticamente el equivalente al “punta tacón” y que funciona de cine, aunque es desconectable.

El motor tiene mucho par y no necesita subir mucho de vueltas para mostrar su poderío. Por ello también el cambio de seis marchas lleva unos desarrollos largos, de modo que rodando tranquilo en sexta se puedan lograr consumos más o menos contenidos. El consumo medio homologado es de 12 litros a los 100, que lógicamente son más en ciudad o rodando deprisa.

También ofrece cuatro modos de conducción, y en la gama lanzada en 2018 se ha incluido un sistema (también para el 2.3) en el que puedes elegir cuatro niveles de sonido del escape, sobre todo para no despertar a los vecinos por la mañana. Funciona bien y suena poco si ruedas despacio y con suavidad, para salir del garaje digamos. Pero si vas conduciendo rápido y lo pones en modo silencioso en lugar de en “Sport” o “Circuito”, sigue rugiendo bastante. Como debe ser, o sea.
En cuanto a las versiones el Bullitt ofrece las mismas opciones que el 5.0 V8 GT, como la suspensión MagnaRide, los asientos Recaro o un equipo de sonido de 1.000W con 12 altavoces. El precio en España es de 55.550 euros, frente a los 49.300 del Mustang 5.0 V8 “normal”. El modelo básico, el 2.3 EcoBoost (turbo) sale por 41.550 euros.

El Ford Mustang Bullitt nos ha parecido un coche para comprarse y no vender jamás. No obstante consideramos que esta versión habría sido aún más interesante con mayor potencia, o si hubiera montado algunos componentes de Ford Performance, que en EEUU tiene una enorme oferta para personalizar y potenciar el Mustang. Pero desde Ford nos han dicho que este tipo de modificaciones son complicadas de cara a las normativas de homologación europeas… Siempre nos quedará la opción de comprar por internet, ¿no?