El hiperdeportivo de la marca, el Mercedes-AMG Project One, es uno de los lanzamientos más interesantes que ha dejado el 2017, con una mezcla perfecta del mundo de la competición. Diseñar un coche que es capaz desarrollar una prestaciones digna de un vehículo de competición, junto con el confort de un coche de producción es un reto único, al cual los ingenieros de la marca no estaban acostumbrados.
Gordon Wagener, jefe de diseño de Daimler AG, y un alguno de los integrantes de su equipo explican- en el vídeo de arriba- de dónde vino la inspiración para el desarrollo del Project One. Hablan de cómo consiguieron añadir más agresividad al lenguaje de diseño característico de Mercedes-AMG, atravesando varios retor que tenían que ver con incorporar un motor de Fórmula 1 en una carrocería pensada para circular por la calle.
La nueva obra de la marca germana incorpora un motor V6 de 1.6 litros de inyección directa y asistencia eléctrica con turbo del monoplaza de la categoría reina. Su posición se encuentra justo en el centro del coche, el cual puede alcanzar un máximo de 11.000 rpm, aunque el fabricante afirma haberlo «capado» por debajo de las 10.000 para aumentar la longevidad del mismo. Desarrolla un total de 1.000 CV en combinación de ambos motores, logrando una aceleración de 0-200 km/h en solo 6 segundos, con una velocidad punta de 350 km/h.
Tecnológicamente hablando, es más parecido a un vehículo de competición que a uno de calle, y es que el el motor eléctrico insertado en el turbo permite, mediante una recuperación de parte de los gases de escape, ganar impulso adicional para el motor eléctrico, mejorando la respuesta del acelerador para que sea más rápida que en un V8 atmosférico, lo que anula el turbo-lag. A su vez, monta una transmisión automática AMG SPEEDSHIFT 8, de tipo secuencial de ocho velocidades desarrollado por AMG en exclusiva, con levas detrás del volante estilo F1.