Sin duda la firma de Stuttgart es la más vinculada a esta competición invernal debido a los herederos de la familia Porsche. Y es que uno de los encargados de resucitarlo hace un año fue Ferdinand «Ferdi» Porsche, nieto del fundador de la marca. En esta edición del GP Ice Race 2020 los modelos de todas las épocas de la firma alemana han vuelto a brillar y dar espectáculo con pilotos de lo más variados. Veteranos y jóvenes no importa la edad, todos han jugado como niños sobre el hielo.

El origen del GP Ice Race 2020
«Ferdi» Porsche es un arquitecto de 26 años que lleva en la sangre la pasión por el automóvil. Durante su estancia en la universidad decidió junto a un amigo rescatar la pasión por las carreras y los coches entre los de su generación, y todo empezó un día de esquí en Zell am See, Austria, cuando vieron las ruedas de clavos del Porsche 550 de su padre de cuando competía en carreras sobre hielo.
Contactaron con otros pilotos para saber que hacía falta para correr, como Hans-Joachim Stuck o Richie Lietz, y por supuesto se sentaron a planificar con las autoridades y los organismos automovilísticos de la zona. Meses después volvía el GP Ice Race y triunfaba entre la población local y llegados de todas partes.

Ahora en su segundo año consecutivo la repercusión es incluso mayor, pues hasta la pequeña Zell am See, hogar de la familia desde hace décadas, han venido la gente de Luftgekühlt o incluso corredores desde Nueva Zelanda.
Este GP Ice Race 2020 ha vuelto a reunir a todo tipo de aficionados y competidores con coches de lo más variados. La pista de hielo de 600 metros se asienta sobre 40 cm de hielo, donde coches históricos, de competición, o deportivos de calle, todos derrapando y corriendo. Incluso hay una categoría en la que se tira de un esquiador, un renacimiento del arte perdido del skijöring. En esta ocasión dos embajadores de Porsche participaron en esta disciplina: al volante de un 911 Safari el piloto de Le Mans Jörg Bergmeister y a los esquís el campeón olímpico de esquí, el noruego Aksel Lund Svindal.

Sin duda lo más emocionante para el público es ver correr los coches históricos de valor incalculable junto a los de los paisanos que se aventuran a correr con sus coches de menor precio. El nuevo Taycan Turbo S estaba presente con pilotos famosos al volante dando vueltas de demostración de lo que son capaces de hacer sus 761 CV eléctricos. Junto a él coches de rallyes históricos, deportivos modificados como un 911 991 al estilo de los primeros 911 Safari, o un Moby Dick moderno, todos corriendo y divirtiéndose sobre el hielo.

16.000 personas acudieron a disfrutar de este GP Ice Race 2020, un evento que combina lo mejor de cada disciplina haciendo rugir sus motores en los ecos de las montañas nevadas de los Alpes austríacos. Se podría decir que es una especie de Goodwood sobre el hielo, y no está lejos de parecerlo, combinando coches de todo tipo corriendo sin miedo.