Hay ocasiones en las que una marca decide saltarse todas las reglas, no para romperlas, sino para demostrar que todavía se pueden reescribir. El Porsche 963 RSP es el resultado de uno de esos momentos mágicos. Nacido del fuego de la resistencia, este coche no es un ejercicio de diseño, ni un prototipo más: es una declaración de intenciones. Un coche de carreras homologado para la calle. Sí, uno real. Uno solo.
Porsche 963 RSP: cobra vida en la calle
El 963 RSP parte del Porsche 963 LMDh, el arma con la que la firma de Stuttgart combate en el Campeonato Mundial de Resistencia (WEC) y en el IMSA estadounidense. Pero en lugar de limitarse a las curvas de Spa o Daytona, este bólido se transforma, gracias al departamento Sonderwunsch (los creadores de los Porsche más especiales del planeta), en una obra única. Literalmente. Solo existe uno. Y tiene matrícula.
El nombre RSP no es caprichoso. Rinde homenaje a Roger Searle Penske, socio clave de Porsche Motorsport en la era moderna, y quien propuso la idea de construir una versión de calle del 963. En cierto modo, lo que ocurrió recuerda a la historia del conde Rossi, que convenció a Porsche en los años 70 para fabricar un 917 homologado para carretera. Medio siglo después, la historia se repite, con más tecnología y más reverencia.

Estéticamente, el 963 RSP mantiene su silueta de prototipo de resistencia, aunque adaptada para el mundo real. La carrocería se ha rediseñado con fibra de carbono y Kevlar, se han cerrado los pasos de rueda delanteros, añadido retrovisores funcionales, faros y pilotos homologados, y una matrícula que podría parecer absurda… si no fuese auténtica.
El color elegido no es cualquier plata: es Martini Silver, en referencia al histórico 917 con el que Rossi apareció en Le Mans como gentleman driver. Las llantas OZ Racing de 18 pulgadas calzan neumáticos Michelin homologados para calle, aunque el dibujo sigue evocando la competición.
Interior renovado: 963 RSP lujo y funcionalidad
El interior ha sido completamente transformado. Donde antes había un habitáculo espartano enfocado al piloto y su ingeniería de carrera, ahora encontramos cuero marrón, Alcantara, detalles artesanales y, atención, portavasos fabricados en impresión 3D. Los asientos, eso sí, siguen siendo de carbono y llevan anclajes para cascos, auriculares y sistemas de intercomunicación. Una mezcla deliciosa entre brutalidad mecánica y refinamiento inesperado.

Debajo de esa piel sigue latiendo un corazón muy serio. El motor V8 biturbo de 4.6 litros, derivado del RS Spyder y, en cierto modo, del 918 Spyder, se combina con un sistema híbrido Bosch, entregando una potencia conjunta de entre 680 y 700 CV. La caja secuencial Xtrac de siete relaciones ha sido suavizada para un uso más civilizado, pero no hay nada doméstico en su forma de transmitir fuerza.
El sistema de suspensión DSSV de Multimatic también ha sido reconfigurado para ofrecer mayor altura libre y algo más de confort, aunque sigue muy lejos de lo que se considera “cómodo” en términos comunes. Aun así, puede circular legalmente por algunas carreteras de Estados Unidos y, según Porsche, utiliza gasolina convencional sin problemas gracias a una reprogramación electrónica específica.





Las cifras hablan de una aceleración de 0 a 100 km/h en poco más de tres segundos y una velocidad punta por encima de los 330 km/h. Pero más allá de los números, lo que impresiona es la sensación de estar conduciendo un coche que acaba de salir de boxes en Le Mans, directo al paddock… solo que en una calle cualquiera, bajo semáforos y rodeado de utilitarios.
Y aunque el 963 RSP sea legal en ciertas condiciones, no lo verás aparcado en la calle ni circulando por la M-40. Su uso será simbólico, casi ceremonial. Está concebido como una escultura dinámica, una pieza de colección viva, destinada a aparecer en eventos como Le Mans Classic o en el museo de Porsche. No hay planes de producir más unidades. Su precio no ha sido oficializado, pero se estima que ronda los 3,5 millones de dólares, bastante por encima del coste del 963 de competición, que parte de los 2,9 millones.