Porsche 911 Carrera 4: Mal día para elegir

Los buenos aficionados recordarán que los primeros Porsche 911 Carrera 4 llegaron en 1989, con la generación 964. En aquellos tiempos la trasera de los 911 se movían más que los precios, y esta innovación supuso una importante mejora en la estabilidad y en la seguridad activa de los coches. Eran más subviradores que los 964 de tracción trasera –hoy más valorados– pero el aumento de confianza al volante era notable. Hoy en cambio, y sobre todo gracias a la electrónica, los 911 con su motor trasero han superado aquella merecida fama de coches delicados que solo los expertos podían llevar deprisa. Un 911 Carrera moderno es tan seguro como cualquier otro deportivo, e incluso rivales como el Jaguar F-Type o el Mercedes AMG-GT tiene un tren trasero más juguetón.

Aún así más de un tercio de las ventas mundiales de 911 son de modelos con tracción total, y en España la versión más vendida es el 4S. Parece por tanto que muchos clientes siguen prefiriendo su coche con ese plus de seguridad, que se manifiesta sobre todo ante asfalto mojado o deslizante. Como hasta ahora, los 911 C4 y C4 S de la generación 991/II se distinguen de los tracción trasera a primera vista por la línea luminosa roja que une los pilotos posteriores. Entre las carrocerías Coupé, Cabriolet y Targa, y las versiones S, hay seis nuevos modelos 4×4 a elegir. Los precios van desde los 120.180 euros del Carrera 4 a los 151.200 del Targa 4S. Los nuevos 911 con tracción total se benefician de las evoluciones que ya han adoptado los 991/II con tracción trasera . Los 991/II Carrera 4 y Carrera 4S emplean motores seis cilindros bóxer 3.0 biturbo, en lugar de los 3.4 y 3.8 atmosféricos que llevaban los anteriores 991.

La potencia pasa de 350 CV a 370 en el Porsche 911 Carrera 4 y de 400 a 420 CV en el Carrera 4S, y el consumo se ha reducido hasta en 1 litro cada 100 km. La principal diferencia entre ambas versiones es el tipo de turbocompresor y la presión a la que sopla. Nuestra primera toma de contacto con los nuevos 991/II Carrera 4 tuvo lugar en Sudáfrica y rodamos con ellos en el legendario trazado de Kyalami. Esta pista acaba de ser remodelada y tiene mucho encanto, con desniveles y bonitas curvas enlazadas. Es un trazado en el que el Porsche 911 Carrera 4 se puede lucir, con su asombrosa motricidad en la salida de las curvas o la velocidad y confianza con la que se pueden atacar los giros más rápidos. Otra novedad se refiere al manejo del magnífico cambio de doble embrague PDK. Lo normal es usar las levas para cambiar manualmente, pero si prefieres usar la palanca, ahora para subir hay que tirar de la palanca hacia atrás, y para reducir, hacia delante. Es una lógica más de carreras.

Porsche 911 Carrera 4
Los nuevos 911 C4 y C4 S se distinguen de los tracción trasera a primera vista por la línea luminosa roja que une los dos pilotos posteriores

MAYOR LIBERTAD PARA DERRAPAR 

Si el cliente pide la opción “Sport Chrono”, el nuevo volante lleva un mando giratorio para regular chasis y motor similar al que monta el 918 Spyder –inspirado a su vez en el manettino de  Ferrari–, con las posiciones “Normal”, “Sport”, “Sport” “Plus” e “Individual”. Pero ahora hay una nueva posibilidad. Se trata del modo “PSM Sport”, que se puede seleccionar independientemente del “Sport Plus” y permite aun mayor deslizamiento. Además, si se pulsa el botón del “PSM” (control de estabilidad) durante unos segundos, se puede desconectar por completo. Algo que también hay que destacar es que, por primera vez desde que se lanzó el 964 Carrera 4 de 1989, los Porsche 911 Carrera 4 aceleran más rápido que sus hermanos con tracción trasera.

El Porsche 911 Carrera 4 con cambio PDK y paquete “Sport Chrono” acelera de 0 a 100 en 4,1 segundos, y el 4S, en 3,8. Lo más importante es que su comportamiento es el que esperas de un 911, con el tren trasero mandando, una dirección fantástica y un tacto muy natural. Definitivamente, el hecho de que sea tracción total no reduce la diversión al volante. Ahora el sistema 4×4 es electrohidráulico, en lugar del electromecánico que usaba el 991 anterior. Lo llaman Porsche Traction Management (PTM) y es como el que lleva el 911 Turbo. El objetivo ha sido una transmisión del par al eje delantero aún más rápida y precisa. Con la tracción 4×4 pasa algo aparecido a lo que ocurre con el control de estabilidad PSM: debe ser eficaz, pero el conductor no lo ha de notar cuando actúa. Por todo ello creemos que lo único negativo de los 911 4×4 es que son unos 13.000 euros más caros que los tracción trasera equivalentes. Y si sueñas con un Targa, como es nuestro caso, la tracción total es la única opción.

Porsche 911 Carrera 4
El Carrera 4 destaca por su motricidad en la salida de las curvas o por la confianza con la que se pueden atacar los giros más rápidos. Este color llamado Graphite Blue Metallic es nuevo en la gama.

Los nuevos modelos pueden montar opcionalmente dirección en el eje trasero como el Turbo y el GT3, pero solo los Carrera S y 4S. A menos de 50 km/h las ruedas traseras giran –muy poco, solo 2 grados– en el sentido contrario a las delanteras, lo que produce una “reducción virtual” de la distancia entre ejes. Entre 50 y 80 no se mueven, y a más de 80 km/h giran como el eje delantero, dándole más estabilidad y rapidez de reacciones. Funciona mediante dos actuadores electrohidráulicos, uno para cada rueda trasera. También afecta al comportamiento el hecho de que ahora todos los Carrera –con tracción trasera o total– llevan frenos más potentes y suspensión PSM (Porsche Active Suspension Management) de serie, que además implica que la carrocería va 10 mm más cerca del suelo. Esta reducción de altura no se aplica a los Porsche 911 Carrera 4 Cabriolet. Una opción interesante es sistema de elevación del morro para rampas.

Porsche 911 Carrera 4
El interior es muy similar al del 991. El principal cambio es el nuevo volante –con mando giratorio si lleva “Sport Chrono”– y el sistema de conectividad, totalmente compatible con cualquier Smartphone

PARA TODOS LOS GUSTOS…

Hay colorido en los paisajes y también en la gama 2016; ya va siendo hora de abrir la mente, más allá del plata y el negro. Destacan el naranja lava como el que estrenó el GT3 RS, el azul Blue Miami o el Graphite Blue Metallic. Este último no nos parece ni blue ni metallic sino más bien un gris aeronáutico, pero es nuestro favorito y recuerda al del 911 S de 1970 que fue de Steve McQueen. Vamos con cuidado en los cruces porque en África aparece gente caminando por cualquier sitio, en cualquier carretera perdida. Grupos de niños, sonrientes como todos los chavales del mundo al ver un Porsche reluciente. Respondo a sus saludos y me siento como Aurelio el misionero, el de la canción de Los Nikis.

Ya de vuelta hacia el hotel en un Porsche 911 Carrera 4 Cabriolet, rodamos deprisa por carreteras de doble sentido. Todo el paisaje es muy verde y adelantamos con enorme facilidad al resto de los vehículos. Discutimos sobre cuál nos compraríamos, si el PDK o el brillante manual de siete marchas que llevamos. No lo tenemos muy claro, pero disfrutamos a fondo de ese nuevo motor biturbo que parece atmosférico, muy progresivo, siempre con par y potencia de sobra. Y me dice mi colega con ironía: “Menos mal que este es el que corre poco…” 

Porsche 911 Carrera 4