¿Hay algún coche que encarne mejor el espíritu de la década que el Polestar 4? Nacido de una marca joven con aspiraciones premium y una obsesión por la sostenibilidad, este SUV coupé eléctrico combina todos los ingredientes del momento: diseño llamativo, habitáculo dominado por pantallas, una firma lumínica trasera que cruza todo el coche y una aceleración completamente innecesaria de 0 a 100 km/h. Es, sencillamente, el coche más “años 20” que uno pueda imaginar. Siempre hemos admirado el enfoque de Polestar: diseño primero, todo lo demás después.

Lanzar una nueva marca no es tarea fácil, pero su anterior CEO, Thomas Ingenlath, supo moldear una identidad propia en medio de un mercado sobresaturado. Hoy, los Polestar ya no son solo Volvos con traje sueco: tienen su propio lenguaje, más puro y afilado. Con el nuevo CEO, Michael Lohscheller, el foco ha virado hacia el flujo de caja más que al lápiz de diseño. Aun así, el Polestar 4 no se parece a ningún otro SUV del mercado, ni siquiera dentro del universo Geely.
Al igual que ocurre con el Hyundai Ioniq 5 o el Renault 5, el Polestar 4 es uno de esos eléctricos que engañan en las fotos: en persona es considerablemente más grande. Y como ellos, también sigue todas las tendencias tecnológicas imaginables, tanto en lo que ofrece como en cómo interactúa contigo. Podríamos agruparlo en ese club informal donde también están el Tesla Model Y y el Xpeng G6. Nuestra unidad, vestida con un impactante color Electron Blue, mide 4,84 metros y llama la atención allá donde va. Me imagino que esto debe parecerse a conducir un Cybertruck… pero sin las connotaciones de Musk.

El interior, revestido en cuero vegano, requiere una curva de aprendizaje vertical. El Polestar 4 es tan adelantado a su tiempo que casi todo –desde el reglaje del volante y los retrovisores hasta la apertura de la guantera– se gestiona desde una pantalla central de 15,4 pulgadas. La información esencial para el conductor se muestra en otra pantalla digital de 10,2 pulgadas.
Durante los primeros minutos, la experiencia recuerda a cuando estrenas un móvil nuevo: emocionante. Por suerte, el sistema de perfiles de usuario permite que solo tengas que hacerlo una vez. ¿Y lo de no tener luna trasera? Sí, el Polestar 4 ha prescindido del cristal posterior y lo sustituye por un enorme techo panorámico y una cámara trasera que hace las veces de retrovisor.

Es muy fácil acostumbrarse. Solo es un pequeño cambio de chip. En cuanto a equipamiento, esta unidad viene cargada de extras. Tenemos asistentes como el mantenimiento activo de carril, head-up display, climatización de tres zonas y más comodidades. También llevamos llantas de 22″, amortiguadores ZF y cinturones dorados, además de dos motores eléctricos alimentados por una batería de 100 kWh. El resultado: 544 CV y 686 Nm, con un 0 a 100 km/h en 3,7 segundos. Todo ello para mover una carrocería de 2.355 kg con ese minimalismo escandinavo tan característico.
Polestar 5
El nuevo modelo representa el siguiente gran paso en la evolución de la marca sueca hacia el alto rendimiento eléctrico. Derivado directamente del impactante prototipo Precept, este gran turismo de cuatro puertas combina proporciones esculturales con una ingeniería sin concesiones.

Su diseño no solo impresiona visualmente: prescinde del marco tradicional en puertas y ventanas, tiene una silueta baja y atlética, y una iluminación Led con firma propia. En el plano técnico, Polestar apunta alto: plataforma de aluminio desarrollada internamente, hasta 884 CV gracias a una configuración de doble motor y una arquitectura eléctrica de 800 V.

Este modelo está concebido para competir directamente con el Porsche Taycan y el Tesla Model S, pero con un enfoque más escandinavo: minimalismo, sostenibilidad y calidad sensorial. El Polestar 5 no solo quiere ser rápido, quiere redefinir qué significa ser un GT eléctrico en 2025.
Su producción está prevista para el próximo año.