El Citroën 2CV se fue presentado en la feria de París dos veces: en las ediciones de 1948 y 1949. El desarrollo del Citroën 2CV se prolongó durante una década, con una Guerra Mundial por medio. Se probó todo tipo de materiales, diseños y configuraciones recurriendo a las tecnologías más avanzadas de aquel tiempo. Prolongó su vida comercial hasta 1990, adaptándose a los cambios sociales de la época.
La comidilla de los aficionados apuntaba hacia un vehículo pequeño y práctico pensado para el campo, incorporando tracción delantera.
El asombro fue cuando Pierre Boulanger, director general de Citroën levantó el velo que cubría el nuevo modelo ante un público selecto. “Aquí está el coche del futuro”, dijo Boulanger ante una sorprendida audiencia.
Los aficionados que asistieron a este evento y los que acudieron al Salón durante los días posteriores se quedaron asombrados al ver el diseño tan extravagante de este modelo. Ni crítica ni público tuvo la oportunidad de quedarse “en shock” con su motor, ya que ninguna de las 3 unidades expuestas disponía de él.
Se realizó un cambio técnico de última hora. El avance mecánico, accionado por el conductor, acababa de ser descartado y el arranque eléctrico definitivo todavía no estaba finalizado. Citroën no mostró nada hasta 1949, despertando la curiosidad de los periodistas especializados, que estaban dispuestos a todo para descubrir qué se ocultaba debajo del capó de ese automóvil tan extraño. Algunos llegaron a acometer el circuito de pruebas de la marca en La Ferté-Vidame.
La intriga se solventó, cuando un 2 CV que enseñaba todos los detalles ocultos de su motor de 375 cm refrigerado por aire, con transmisión de 4 velocidades y 9 CV de potencia, destacó sobre el resto.
“Desde luego, este automóvil no va a ayudar a sanear las finanzas del Estado”, se lamentó el ministro de Hacienda y Asuntos Económicos galo de aquellos días, Maurice Petsche, al ver sus características y, sobre todo, sus casos dos caballos fiscales.
En el Salón de 1950, el Citroën 2CV volvió a marcar otro hito con la publicación del catálogo más pequeño de la historia del automóvil. Ya en 1949, la marca había batido registros con un tríptico minúsculo, con 4 ilustraciones en blanco y negro. Al año siguiente, Citroën llega todavía más lejos con un documento de 9 x 13,5 cm, impreso por una sola cara y con un plano de costado del Citroën 2 CV Camioneta como única imagen. Sus prestaciones se explican por sí mismas.
El pequeño y llamativo Citroën 2 CV.
El proyecto del 2 CV, conocido también como TPV (Toute Petite Voiture, Coche Muy Pequeño), creado en 1938 con el fin de crear un vehículo para las clases sociales con pocos ingresos del mundo rural. Suspendido durante la guerra, el proyecto daría lugar al Citroën 2 CV en 1948.
En un país en reconstrucción, que aspiró a un mayor bienestar, su lanzamiento comercial llegó en el momento oportuno. Disponible, en un primer momento, exclusivamente en forma de berlina descapotable, desde 1950 se ofrece también en versión furgoneta. Se venderán más de 5 millones de unidades hasta el cese de su producción en el año 1990. Comercializado en diferentes versiones como Charleston, en carrocería bitono, Cocorico o Sáhara en versión 4×4, ha marcado la historia de varias generaciones. Más que un símbolo, el 2 CV es un estilo de vida.