No hay forma de fingir el brillo en Mercedes
En los ojos del jefe de Mercedes, Ola Källenius, cuando levanta la tela que oculta el GLC eléctrico en el que lleva al equipo de CAR por Stuttgart.
“Steve Jobs dijo una vez que el diseño no es solo cómo se ve, sino cómo funciona. Este regulador del asiento es tan intuitivo… Es una obra de arte. Aunque no sepas nada de diseño, se siente correcto, y es hermoso de ver. Pasamos horas y horas y más horas en los detalles”.

Y no exagera. Los mandos situados en la puerta del GLC, sobre el tirador, derivan de generaciones anteriores, pero han evolucionado con una estética renovada, más fluida y sofisticada, que recuerda al Art Déco. A ello se suma un detalle que entusiasmará a los puristas: en lugar de complicados controles táctiles, el volante incluirá ruedecillas moleteadas para los mandos más usados.
Por supuesto, al CEO le corresponde poner en valor sus productos. Pero este modelo le toca especialmente de cerca. “Son fantásticos, y tienen que serlo… porque mi madre conduce uno”, bromea, con esa media sonrisa que revela cercanía más que cálculo.
Källenius es uno de los hombres más poderosos de la industria, pero mantiene una visión centrada en el cliente y en los valores fundacionales de la marca. Lleva 32 años en la compañía y seis al frente.
Seis años al frente de Mercedes
En su agenda figuran presidentes, cancilleres, banqueros y comisarios europeos, pero no ha perdido la conexión con el producto. “Incluso desde la cúpula, dedicamos muchísimo tiempo al desarrollo. Conducimos nuestros coches, probamos prototipos y analizamos vehículos de la competencia. En una empresa impulsada por el producto, hay que estar ahí.
No se trata solo de firmar aprobaciones. Es un trabajo de equipo, y los ingenieros hacen la mayor parte, pero todos en la junta directiva conocemos en profundidad cada nuevo modelo. No hay sorpresas ni decisiones tomadas a ciegas”.

El GLC puede ser el superventas de Mercedes, pero Källenius no olvida que las berlinas y familiares siguen siendo el alma de la marca. El nuevo GLC eléctrico se presentará en septiembre en el Salón de Múnich. Le seguirán un Clase C y más adelante, un Clase E eléctricos. Todos convivirán con las versiones de combustión, en un enfoque más pragmático que el esperado abandono total del motor térmico y la adopción integral de la gama EQ.
“¿Dónde está el mercado hoy, comparado con lo que muchos pensaban hace cinco años? En Europa y Norteamérica, la transición es más lenta. En China va más rápido, pero por razones distintas. Creemos que, durante al menos una década, el mercado estará dividido. Y si es así, debes tener una gama que atienda a ambos públicos. Para gestionar eso desde el punto de vista de la inversión y la complejidad, necesitas una estrategia muy robusta”.
Mercedes apuesta por una arquitectura modular de componentes y una alta flexibilidad en sus fábricas. “Podemos fabricar el Clase S y el EQS en la misma línea de montaje. Hemos creado esa flexibilidad, y ahora estamos recogiendo los frutos. Estamos preparados para todo, dentro de lo razonable. Pero no quiero minimizar el desafío. En mis más de tres décadas en Mercedes, nunca había vivido un momento con tantas variables al mismo tiempo. Y a eso hay que sumarle las políticas comerciales, las tensiones geopolíticas, y otros factores que impactan directamente en nuestra industria”.

Mientras conduce el GLC de preproducción, destaca uno de los elementos clave del futuro digital de la marca: una pantalla panorámica que ocupa todo el ancho del salpicadero. “Una de mis funciones favoritas, que ya tengo en mi EQS SUV, es la posibilidad de personalizar el lado del acompañante con una imagen propia. Yo tengo una foto de nuestra casa de verano en Suecia. Es un lugar feliz, y hace que el coche se sienta más tuyo, más emocional”.
Muy tecnológicos , pero siempre prácticos
Källenius insiste en que los Mercedes deben ser tecnológicos, sí, pero también prácticos en el día a día. “Fuimos pioneros en perfeccionar la dirección en el eje trasero, como en el S y el EQS. Vivo en una calle muy estrecha en Stuttgart donde antes tenía que maniobrar varias veces. Ahora puedo girar de una sola vez. Es una mejora real, tangible, que cambia la experiencia”.

Otro punto clave es la seguridad que, como siempre en la marca, es irrenunciable. “Conducir un Mercedes debe sentirse seguro. Ofrece rendimiento, pero con madurez. Es comodidad, pero también precisión. Eso es ingeniería Mercedes. Hemos trabajado intensamente en la eficiencia de nuestras nuevas cadenas cinemáticas eléctricas. El sistema del CLA EV ahora se adapta a un SUV. El coeficiente aerodinámico penaliza algo de autonomía, pero sigue siendo excelente para un SUV”.
Y remata con una de sus máximas más claras: “Si cierras los ojos, sabes que estás en un Mercedes. Eso viene del chasis, la rigidez estructural, la seguridad. No creo que haya otra marca que estrelle tantos coches como nosotros. Y por cada crash real, hacemos cientos de miles de simulaciones. Nunca dejamos de buscar eficiencias y mejoras. Llevamos 139 años sin parar. Los valores fundacionales de Daimler y Benz siguen vigentes. Ellos cambiaron el mundo”.

¿Qué siente cuando ve un Mercedes en la carretera? “Siento orgullo. Trabajar en Mercedes no es solo un contrato y un salario. Es una vocación”.
Como primer no alemán al frente de la marca, Källenius defiende con orgullo una visión internacionalista: “Tenemos una gran responsabilidad como grupo industrial global. Y desde hace décadas, eso va más allá de las fronteras de Alemania. Dejamos atrás el ‘Hecho en Alemania’ para abrazar el ‘Hecho por Mercedes-Benz’.
Estuve en el equipo que creó la planta de Alabama, en Estados Unidos, y si entras en cualquiera de nuestras fábricas –en Pekín, en East London, en Sudáfrica– ves lo mismo: estándares globales, excelencia replicada. Queremos ser un buen vecino, no solo en Sindelfingen, sino también en cualquier lugar del mundo donde estemos presentes. Ser global implica también ser local”.
En esta constante evolución el GLC eléctrico contará con tecnología de 800 voltios y anuncia autonomías de hasta 700 km. Ahora solo nos queda esperar hasta principios de 2026 para poder conducirlo… y darle la razón a Källenius.