Y es que no es sólo un circuito más por el mundo, es la pista donde las mejores marcas ponen a prueba sus modelos para ver si de verdad han hecho bien su trabajo. Es un trazado que ha inspirado retos y hazañas, el sueño de muchos niños y el deseo de muchos adultos. Es un sitio que ha visto pasar a los mejores y más legendarios pilotos del mundo (Fangio, Senna, Lauda, Prost, Schumacher…entre otros) y algunos de ellos han sufrido la ira del Infierno Verde.
El Nurburgring Nordschleife es como una montaña rusa de 21 Km de longitud con 73 curvas. Cada recodo del trazado tiene su truco y mucho peor, tiene su trampa. Hay una frase que describe a la perfección este lugar “Si alguien dice que Nürburgring es fácil, o está loco, o no ha ido lo suficientemente rápido”.
Y es esto lo que atrae a un sinfín de conductores de todo tipo y hace que la flora y fauna del legendario anillo sea tan variopinta. Uno se encuentra desde Lamborghinis de paseo, hasta furgonetas de reparto marcando tiempos en pista, y es que no hay ninguna regla establecida sobre qué coche es necesario para poder rodar. Todos podemos ir y sentirnos como un autentico Senna con el coche de llevar a los niños al colegio. (Eso sí, no pretendas hacer 7 minutos…)
En mi caso, aproveché mi corta estancia internacional universitaria en Colonia para montarme un viaje que para mí ha sido histórico. Si soy sincero elegí el país donde hacer el Erasmus, así como la ciudad exacta y el momento del mismo pensando en este circuito, me llevé mi coche haciendo caso omiso a casi toda mi familia pensando en ese circuito, y una vez estaba ya allí, asentado, con todo en orden, llegó el momento.
Fue el 4 de Septiembre del 2014, el día en que me subí a las 8 de la mañana en mi coche junto a mis dos compañeros de piso y pusimos rumbo a Nürburgring. Íbamos a ciegas, ninguno había estado antes, iba a ser mi primera vez en un circuito asique íbamos algo nerviosos.
Lo que decía sobre que puedes entrar con lo que tú quieras
Cuando vas por la Autobahn todo es normal, pero según vas acercándote al Edén del Bosque Negro empiezas a darte cuenta de que los coches que te rodean van siendo mas “gordos”, el porcentaje de Nissan GT-R aumenta, y el de BMW´s M3 de todas las generaciones se dispara a niveles insospechados, salen de debajo de las piedras. La Autobahn da paso a una carretera secundaria de campo preciosa con parajes increíbles, te emocionas cuando te adelantan 4 Porsche 911 Turbo con especificaciones de competición al mismo tiempo.
Empiezas a sentirte en casa y aún no sabes ni cuanto queda hasta llegar. Llega un punto en el que hay tantos coches que denotan ir al mismo sitio que tú que ya dejas de mirar el GPS y simplemente les sigues, hasta que después de un cruce, vas con las ventanillas bajadas y escuchas pasar a tu derecha, por detrás de un muro de árboles, un grupito de coches justo a principio de recta pisando a fondo. Los pelos de punta.
Foto por Ulrike Bierlein
Pero no tan de punta como cuando llegas a la barrera de acceso a pista (después de haber hecho cola para llegar al parking y para comprar la entrada) y pasas la tarjeta por el lector, la barrera se abre, metes primera, pasas la curva de conos y… “pie a tabla” sales escopetado a la altura de final de recta, y entonces empieza lo bueno.
Tienes delante de ti 73 curvas, cada una de ellas va a intentar sacarte a la hierba y tienes que saber cuáles son los límites de tu coche, y los tuyos, si no lo sabes o no haces caso de esa vocecita que en tu interior te dice “te estás pasando, afloja”, o no tienes la suficiente cabeza como para hacer las primeras vueltas despacio ten por seguro que independientemente del coche que lleves, tienes un 90% de probabilidades de acabar estampado contra un muro con medio coche destrozado, o peor.
Pero si sigues las simples reglas de circular como en una carretera normal, es decir, intermitentes siempre, se adelanta por la izquierda, si vas a ir despacio, haz que los demás lo sepan y no estorbes, si vas a ir muy rápido avisa dando largas antes de adelantar para que nadie te cierre inesperadamente y te mantienes en tu límite, te aseguro que disfrutarás como nunca la experiencia.
Además, para aquellos que vamos con coche propio, hay fotógrafos privados como Ulrike Bierlein dispersos por todo el circuito, que se dedican a fotografiar a todos los vehículos que pasan por la pista, y después ofrecen las fotos a un precio razonable en las webs más importantes, como www.racetracker.de, donde curioseando para hacer este articulo he encontrado que nuestro amigo Ulrike me había sacado fotos ese día en plena curva, y la verdad es que es un placer tener estos momentos inmortalizados.
Foto por Ulrike Bierlein
Todo en Nurburgring está orientado a las carreras, al automovilismo, a la adrenalina. Pero también hay sitios en los que te relajas mejor que en cualquier otro lado, y es que es una sensación increíble la de pasearse por el bosque adyacente, con todo en silencio a excepción del sonido esporádico a escape libre de algunos coches.
Visitar “La Meca del Automovilismo Europeo” es algo necesario para los que nos apasionan los coches o las motos, pero siempre hay que ir con cuidado porque el sobrenombre de “El Infierno Verde” le viene que ni pintado a este circuito, y hay mucha gente a la que querer poner “la pegatina” le ha salido caro. Pero sabemos muy bien que toda emoción tiene su riesgo, y más aún este mundillo, asique solo me queda decir que ¡nos veremos por allí amigos!
Quiero agradecer al fotógrafo Ulrike Bierlein el cedernos sus fotografías tan amablemente