Este Nissan GT-R /C no se conduce, se maneja con tu mando de la Play Station

Parece una idea un tanto absurda que alguien vaya a querer manejar un Nissan GT-R de verdad desde fuera en un circuito real cuando podrías conducir esa maravilla de la ingeniería japonesa y disfrutar de su V6 biturbo de 570 CV y tracción total tu mismo. Pero para el lanzamiento del Gran Turismo Sport, Nissan y Play Station han pensado que sería buena idea promocional crear un «Godzilla radiocontrol». Dicho y hecho, así nace este Nissan GT-R /C que es pilotado por una joven promesa en Silverstone. ¿Se habrá divertido tanto como si lo hubiera pilotado de verdad?

Además, la casualidad quiere que este año se cumpla el décimo aniversario del GT-R R35, así que la ocasión merecía la pena. El nombre de Nissan GT-R /C deriva de la abreviatura Remote Control en inglés, y es un coche de verdad que ha sido modificado por JLB Design en Reino Unido con un sistema mecánico para controlar el volante, los pedales y el selector de marchas, para que se pueda pilotar por completo sin que nadie esté sentado dentro. 

El enorme cerebro del sistema electrónico se ha instalado en el maletero del Nissan, conformado por seis ordenadores que controlan el coche y lo monitorizan hasta 100 veces por segundo. Han trabajado especialmente en el control del volante para que sea muy preciso, tanto que cada parte medida son 65.000.

¿Y quién se ha puesto al volante de este Nissan GT-R /C? Habría estado bien que hubiera sido Lucas Ordoñez, pero ha sido otro ganador de la GT Academy de Gran Turismo  y piloto del equipo Nismo, el joven Jann Mardenborough, Con un simple mando de la Play Station 4 ha podido controlar por los 2.5 km de Silverstone al GT-R /C y sus 550 CV, pues está basado en un modelo de 2011. Como no podía ir montado, lo vigilaba desde un helicóptero que lo seguía. 

La vuelta rápida conseguida por Mardenborough fue de 1 minuto y 17.47 segundos, logrando una velocidad máxima de 210 km/h con el coche y una velocidad media de 122 km/h. Esto, según la propia Nissan, es solo 11 km/h menos que la velocidad media que haría un piloto al volante del deportivo japonés.