Registrar el tiempo a la milésima de segundo es una hazaña de la ingeniería relojera al alcance de unos pocos, como el TimeWalker Chronograph 1000 Limited Edition 18 de Montblanc.
Los pilotos de carreras siempre han perseguido los tiempos de vuelta más rápidos con vehículos cada vez más potentes y eficientes, experimentando con la tecnología, los materiales y mucho más en su lucha por conseguir la victoria. Lo mismo ocurre con Montblanc, que nunca ha dejado de innovar y traspasar los límites de la alta tecnología relojera. En 1916, la Manufactura Minerva desarrolló su famoso cronómetro con centésimas de segundo, que fue técnicamente perfeccionado en 1936, situando a Minerva como el especialista en relojes y cronómetros profesionales. Montblanc continúa innovando con el Montblanc TimeWalker Chronograph 1000 Limited Edition 18, un cronógrafo mecánico que mide el tiempo transcurrido hasta en milésimas de segundo.
Bajo el espíritu de las carreras de coches, esta edición limitada a 18 unidades abarca el mundo del automovilismo en su totalidad. Su movimiento de alta frecuencia (18.000 alternancias/hora para el tiempo; y 360.000 alternancias/hora para el cronógrafo) cuenta con 2 patentes y 22 patentes auxiliares que combinan, como nunca antes se había hecho, el rendimiento y la innovación. Además, tiene una reserva de marcha de 100 horas.
El espíritu de las carreras se encuentra también en el exterior. El indicador de la reserva de marcha se inspira en los antiguos indicadores de combustible, mientras que los detalles negros y rojos recuerdan los primeros tableros de instrumentos. Las coronas y los biseles estriados evocan los tapones vintage del depósito de gasolina y los agujeros rojos en la correa negra de aligátor son típicos de los guantes de conducir que eran tan populares entre los pilotos.
El precio de este espectacular reloj esta en consonancia a su mecánica: 178.000 euros.