Mercedes no quiere que nos olvidemos que su próxima ofensiva va a ser eléctrica, y aunque no sea un modelo nuevo, sino un concept car, en la Monterey Car Week presentó el Mercedes-Benz EQ Silver Arrow. Tecnología eléctrica, inspiración en su historia en competición y rasgos futuristas para crear una pieza de arte sobre ruedas, un bólido de competición del futuro.
Son 5,3 metros de diseño enfocado a la «claridad sensual» que dice la propia marca. Una escultura que solo mide un metro de ancho y que ha sido elaborado en fibra de carbono y por supuesto, se ha pintado de color plata Alubeam, imitando aquellas carrocerías desnudas de los monoplazas de principios de siglo apodadas las «flechas plateadas» (Silver Arrows). Sus formas son pura fluidez y es que según la firma, el EQ Silver Arrow es un coche de «metal líquido».
Tan solo se deja a la vista en carbono su splitter frontal o el difusor trasero, así como los dos alerones extensibles que a su vez actúan como «aerofrenos». Su cabina nos da acceso abriendo su compartimento hacia delante, mientras que sus ruedas están semi carenadas, con unas llantas de aluminio ligero de color oro rosa y compuesta por 168 radios, de 24 pulgadas delante y 26 detrás con neumáticos Pirelli de competición.
Para representar la filosofía eléctrica del EQ Silver Arrow, Mercedes-Benz ha integrado a lo largo de todo su perímetro una banda luminosa y los logos EQ están delante de las ruedas traseras.
El interior es otro guiño al pasado pero con aspecto futurista. Para empezar está su forma de abrirse hacia adelante para dar cabida al piloto. Al entrar todo es evocador del pasado en competición: colores marrones para el asiento y el volante, aluminio cepillado en múltiples elementos, madera real de raíz de nogal y otras de conífera, presentes estas en el suelo. El resto de elementos replican el color plata Alubeam del exterior gracias al ante de color gris.
Llevando a una nueva dimensión la información que tienen los pilotos en la Fórmula 1, el Mercedes-Benz EQ Silver Arrow integra una pantalla panorámica con imágenes tridimensionales. En ella se muestra información sobre la trazada óptima, el estado de la batería o poder competir contra las Flechas Plateadas en circuito virtual.
El asiento incluye un patrón de estrellas grabadas con láser, así como tecnología de hoy en día como la calefacción AIRSCARF a la altura del cuello. Como en los monoplazas de hoy en día, son los pedales los que se regulan y lleva cinturón de cuatro puntos.
Su volante al más puro estilo de competición alberga una pantalla táctil desde la que elegir los modos de conducción, Comfort, Sport y Sport +. También se puede ajustar un modulador de sonidos para imitar a los bólidos históricos o un Fórmula 1, incluso un V8 moderno de AMG.
Y es que al ser un coche eléctrico su motor de 750 CV no hará ningún ruido. El EQ Silver Arrow lleva una batería de 80 kWh con la que recorrer hasta 400 km con el ciclo WLTP nuevo. Las ranuras de ventilación a los lados del coche son precisamente para refrigerar la batería.
Mercedes se ha inspirado en el W125 de Caracciola para este EQ Silver Arrow. También iba acristalado y su aerodinámica era clave para su propósito, conseguir el récord de velocidad en carretera abierta. Eso sí, aquel W125 de 1937 se ayudaba de un motor de 12 cilindros con el que logró marcar una velocidad de 432,7 km/h. Velocidad que ni siquiera el Veyron pudo batir y que no fue hasta el año pasado cuando el Koenigsegg Agera lo superó con 457 km/h.