Lo último de la firma británica es este híbrido enchufable con un nuevo V8 biturbo que rinde un total de 1.275 CV. Todas sus cifras son impresionantes, como un peso de solo 1.399 kg., una aceleración de 0 a 200 en 5,8 segundos o un rendimiento de 233 CV por litro de cilindrada.
Con este espectacular biplaza se abre un nuevo capítulo en la historia de supercars de la firma británica. Es el sucesor de los McLaren F1 (1992) y P1 (2013), lo que ya define su posicionamiento: lo mejor de lo mejor.
Su espectacular estética es el adelanto de todo lo demás. Se reconoce como McLaren de un vistazo, pero aporta un estilo muy renovado y agresivo. Un cambio importante es que sus puertas no se abren hacia delante, como en el F1, el P1 o el actual 750S, sino hacia arriba al estilo “ala de gaviota”.
Como es norma en los supercoches del máximo nivel, emplea una estructura de fibra de carbono, y el motor es un 4.0 V8 biturbo (el tipo de mecánica que llevan todos los McLaren de serie) pero totalmente nuevo.
Su rendimiento es impresionante, ya que alcanza 928 CV a 9.200 rpm, un régimen altísimo para un motor turbo. El motor eléctrico aporta otros 347 CV, así que la potencia total es de 1.275 CV. Con un peso de solo 1.399 kg. (muy bajo para ser híbrido) logra una relación peso / potencia de 911 CV por tonelada.
Es tracción trasera, no total (algunos supercars híbridos integran motores eléctricos en el eje delantero), lo que muchos puristas agradecerán. Lleva un cambio de 8 velocidades y la marcha atrás es eléctrica. Las prestaciones son altísimas, casi cómicas: de 0 a 100 km/h en 2,7 segundos, y de 0 a 200 en solo 5,8 segundos.
Según la marca la aerodinámica que emplea es la más avanzada que ha empleado un McLaren de calle. El piloto podrá variar notablemente su configuración, pasando de “road to track”. Así el coche baja 37 mm. en el frontal y 17 en la parte trasera, y es capaz de lograr un apoyo aerodinámico de más de 1.000 kg.
Lo más llamativo es un complejo y llamativo alerón “Active Long tail rear wing” que se mueve hacia atrás y hacia delante y que también puede variar su ángulo.
Solo se fabricarán 399 unidades que, imaginamos, muy pronto estarán asignadas a clientes. En el Reino Unido el nuevo W1 costará aproximadamente dos millones de libras, aunque la factura final dependerá del nivel de personalización. El importador para España es McLaren Barcelona.