Lo que en McLaren llaman la gama Super Series (12C y 650S) ha alcanzado la verdadera grandeza en el nuevo McLaren 675 LT, una evolución “tipo RS” basada en el 650S. Esta máquina es una maravillosa mezcla del dinamismo áspero y duro de un deportivo pensado para los circuitos, con la facilidad de uso del 650S. Puede presumir además de ser el más ligero de su clase, porque pesa 100 kilos menos que el 650S. Así el peso en seco queda en unos espectaculares 1.230 kg. La receta es la misma de siempre, fácil de decir pero difícil de lograr: menor peso, mejor aerodinámica y más potencia.
Exteriormente se distingue a primera vista por la aerodinámica delantera y trasera, las llantas tipo P1, los escapes y, sobre todo, por la parte posterior, que a partir del pilar B es nueva. Además el alerón –que también sirve de aerofreno– es un 50% más grande que el empleado en el 650S. Por eso las siglas LT se deben a Longtail (cola larga), que conecta emocionalmente con los McLaren F1 Longtail de los años noventa. Solo se hicieron tres de calle y otras nueve unidades para carreras. La nueva aerodinámica permite una mejora del downforce (apoyo aerodinámico) del 40%, y cada pieza tiene un propósito. Las llantas son aún más ligeras que las del P1, y la luna trasera es de policarbonato y rodeada de salidas de aire para refrigerar la mecánica.
Ha llegado la hora de exprimir el motor. Su 3.8 V8 biturbo rinde ahora 675 CV, y parece que no se han limitado a “apretar” los turbos: dicen que más del 50% de los componentes del motor son nuevos. El cambio es rapidísimo, de doble embrague y siete marchas. Las prestaciones son extraordinarias, casi de otro planeta: de 0 a 100 km/h en 2,9 segundos –a 4 décimas de un Bugatti Veyron– y de 0 a 200 km/h en 7,9, con una velocidad punta de 330 km/h. Por lo tanto es una décima más rápido que el 650S y medio segundo en el 0 a 200 km/h. Pero hay diferencias más sensibles, como el tacto de la dirección. Es más rápida, carnosa y precisa. También transmite más la irregularidades del terreno, te conecta al asfalto con total fidelidad y el subviraje es inexistente.
A todas estas sensaciones también ayudan los neumáticos “super-racing” Pirelli Trofeo. En caso de que el cliente quiera algo más adecuado para rodar con agua puede pedir otros Pirelli diferentes, pero esto sería quitar al LT una de sus armas fundamentales. La suspensión delantera es un 27 % más firme delante y un 60% atrás. Se puede usar por la ciudad, pero su sitio ideal es el circuito. La facilidad para coger velocidad, la estabilidad o la sensacional frenada ya estaban en el 650S, pero ahora podemos ser un poco más gamberros con el nuevo modo intermedio del ESP, e ir derrapando por ahí. En McLaren por fin han asumido que un superdeportivo es una compra completamente emocional e irracional.