Termina la producción del biplaza de 1.500 CV que se permitió desafiar al Bugatti Veyron.
En la historia del automóvil abundan deportivos que nacieron cuando alguien se preguntó: ¿qué pasaría si a este coche le metemos el motor del…? Así nació el Shelby Cobra, con la base de un AC Ace y un motor Ford V8. O el BMW M5, al colocarle a la berlina el propulsor del M635 CSi. La historia del Hennessey Venom es parecida, aunque ha tenido mucha menos repercusión.
John Hennessey es el fundador de la compañía tejana Hennessey Performance Engineering, especialista en preparar motores V8 americanos. A mediados de la pasada década su empresa desarrolló una evolución del Dodge Viper, añadiendo dos turbocompresores a su enorme motor de 7 litros. Así era fácil que aquel coche superara los 1.000 CV de potencia (la preparación para Viper que comercializan actualmente alcanza 1.130 CV y acelera de 0 a 100 en 2,7 segundos).
Un buen día, quien sabe si en un bar, se les ocurrió la idea de meter un terrorífico motor V8 biturbo en la parte trasera de un Lotus Elise/Exige. La broma pasó al tablero de diseño, y así nació el Hennessey Venom en 2010, que entonces rendía unos 1.000 CV y ha ido incrementando su potencia. La estructura era un monocasco de aluminio, con la carrocería de fibra de carbono.
En 2013 lograron el récord Guinness de aceleración para un modelo de serie, de 0 a 300 km/h en 13,61 segundos. Y en 2014 lo intentaron también con el de velocidad punta, tratando de superar al Bugatti Veyron Super Sport de 1.200 CV. Lograron alcanzar 435 km/h pero no sirvió porque para que se registre oficialmente debían lograrlo en dos pasadas, y no lo hicieron. Evidentemente el Venom tampoco podía desafiar al Veyron en términos de acabados, comodidad, refinamiento o facilidad de conducción, pero en todo caso hay que reconocer el mérito de este fabricante artesanal.
El ultimo Venom GT, que rinde 1.500 CV, va pintado en color azul con dos líneas transversales blancas y según la empresa ya ha sido vendido por 1,2 millones de dólares. El primer roadster lo compró Steven Tyler, el cantante de Aerosmith. Con solo trece unidades fabricadas (los seis primeros cupés y los 6 últimos roadsters) incluyendo el prototipo original, el Venom pasará a la historia como una de esas rarezas fruto del exceso, algo parecido al también americano Vector W8 biturbo de los años 80. Ya preparan el nuevo Venom F5, quizá para el año que viene.