Hoy nos parece algo normal, pero hace 30 años el airbag de pasajero fue una gran innovación solo disponible en el Clase S de Mercedes-Benz, la berlina más avanzada del mundo.
La Clase S de Mercedes ha sido tradicionalmente un oráculo donde ver las innovaciones que, con los años, se extenderían a otros vehículos más baratos. Un ejemplo de ello es el airbag de pasajero, una innovación que Mercedes presentó en el Salón de Francfort de 1987, y que estaría disponible como opción en los Clase S (W126) berlina y cupé a partir de 1988. Los dos airbags costaban 4.617 marcos, y el airbags de conductor solo, 2.348.
Varios años antes, en 1981, Mercedes presentó su airbag para conductor, que por supuesto también era opcional. Estuvo a la venta a partir de julio de 1981 a un precio de 1.570 marcos.
El airbag de acompañante se ofreció después en el Clase E (W124) a partir de septiembre de 1988. En 1994 los airbags ya eran de serie en la mayoría de modelos Mercedes, así como los apoyacabezas traseros. En las pruebas de choque los técnicos constataron que el airbag, combinado con el cinturón de seguridad de tres puntos con tensor, podía reducir en un tercio las lesiones en el pecho y la cabeza de los ocupantes.
La instalación del airbag del pasajero no fue fácil, ya que si el del piloto iba en el volante, el del acompañante se alojaba sobre la guantera. Además la bolsa de aire era mucho más grande: 170 litros frente a los 60 de la usada para el conductor. Esas bolsas se hinchaban de aire en el momento en el que el sensor montado en la transmisión notaba un fuerte impacto, mediante un sistema pirotécnico. Mandaba un impulso eléctrico que provocaba una detonación, y cuyos gases llenaban las bolsas de aire o airbags en unos 30 milisegundos. Esta después se vaciaba rápidamente tras haber cumplido con su misión de sujetar los cuerpos de los ocupantes.