Lexus ya tiene su sitio entre las berlinas de lujo, además es la marca que mejor ha sabido ver la fiebre que despiertan los híbridos e incluso con el nuevo SUV NX han lanzado el diseño más osado que una marca premium –y no premium también–, se haya atrevido a presentar en los últimos años. Su cupo de éxito e innovación está más que cubierto, pero la marca quiere más, y con el RC-F va más lejos, y lo hace porque en su punto de mira ha puesto a un mito histórico: el M3 Coupé, ahora conocido como M4.
¿Una tarea difícil? Ya veremos. La verdad es que, si existe una oportunidad de meterle un gol al prestigioso deportivo alemán, la ocasión es ahora, ya que por primera vez el BMW no tiene más cilindrada y mejor mecánica que el modelo anterior, y su seis cilindros en línea biturbo no entusiasma como antes, subirlo de vueltas ya no tiene el frenesí que tenía el motor V8 o los anteriores seis cilindros sin turbo, y esto, queramos o no, afecta a la pasión con la que se conduce y disfruta la mecánica. Y aquí tenemos al nuevo Lexus con un motor V8 5.0 sin turbo para este RC-F.
Este cupé es el primer Lexus verdaderamente deportivo desde el lanzamiento del LFA, lo que es decir mucho, y si tiene solo una décima parte del sonido y precisión del superdeportivo, quizá sería el arma definitiva contra los alemanes. Para comprobarlo estamos camino de Monticello Motor Club, una pista que se encuentra a 90 minutos al norte de Nueva York y cuyo concepto es calcado al Ascari Race Resort español, un circuito sin gradas para público pero sí con enormes boxes e idílicas instalaciones para que los más pudientes puedan disfrutar de sus coches. Nos gusta la idea de rodar allí, pensamos mientras salimos de los rascacielos de Manhattan esquivando SUV.
En el diseño del RC-F hay algunos ecos del espíritu del LFA, aunque en lugar del frontal tipo Supra que tenía el deportivo de motor V10, el RC-F asusta a los niños con una parrilla tremenda capaz de devorarte. La carrocería tiene pronunciados pasos de ruedas que cubren llantas de aluminio forjado y cuatro escapes en la trasera. En definitiva, la silueta de cupé de cuatro plazas del RC-F impresiona. Debajo de su piel esconde componentes de diferentes modelos de Lexus. Aunque la suspensión es nueva en un 70% de sus elementos. El cupé tiene capacidad para cuatro pasajeros, aunque los traseros no irán tan cómodos como en una berlina, así que este es un coche pensado para que el conductor disfrute, y vamos a intentar comprobarlo en el circuito.
Lo primero que nos encanta es el sonido de esta mecánica, realmente impresionante en toda su gama de revoluciones. El motor toma como base el V8 5.0 que equipaba el Lexus IS F, y que montará también la futura versión del nuevo modelo. Con cinco litros de cilindrada, gana 54 CV para rendir 477 CV en total, frente a los 431 CV del seis cilindros de BMW, los 450 CV del V8 del Audi RS5 o los 457 CV del V8 del Mercedes C AMG. El Lexus alcanza los 100 km/h en 4,5 segundos, y tiene una curva de par con suficiente fuerza como para arrastrar una locomotora.
El cambio automático tiene ocho marchas, y no hay opción manual, así que, ya en el circuito, jugamos con las levas para mantener el motor en su mejor momento. Ocho marchas son muchas, pero debemos utilizarlas bien para poder tener el motor en su rendimiento más brillante. A ello ayuda una dirección impecable, con un tacto y una sensibilidad realmente buenas. Los discos de freno, aunque son de acero, permiten exprimir con precisión cada frenada y aguantan muy bien el sobrecalentamiento. Lexus declara que este es un coche que puede disfrutar cualquier conductor, y verdaderamente es así, ya que no encontramos ningún vicio en su chasis.
Puede sobrevirar, aunque lo más normal es que mucho antes avise con un derrapaje del eje delantero que, incluso los más inexpertos, podrán controlar con facilidad antes de aprender a jugar con el eje trasero como harán, desde el primer giro, los mejores en pilotaje. A ello ayuda el diferencial de deslizamiento limitado, una opción que permite neutralizar el subviraje a base de gas para que todos los caballos lleguen al asfalto. La respuesta al acelerador es telegráfica, y con cada milímetro de su pisada sabemos cuántas revoluciones y potencia están llegando al asfalto, esto es algo que solo puede suceder con un motor atmosférico, y todo ello con el sonido de un excelente V8 inundando la pista.
El coche, muy brillante en circuito, se siente mucho mejor en la carretera. El RC-F estrena amortiguación de dureza variable que permite un confort de berlina en su posición más cómoda. Si conducimos muy rápido, aunque con sentido común, el RC-F nos parece el compañero perfecto. El V8 canta con su mejor gospel y, si queremos calmarlo, baja de revoluciones y susurra a nuestros oídos, y todo ello sin sistemas de sonido asistidos y con un rugido cien por cien real.
Una de las pegas del RC-F podría ser su consumo, aunque Lexus hace que el motor trabaje a bajas revoluciones con el ciclo Atkinson de menor carga de gasolina, lo que permite que su motor 5.0 gaste como si fuera un… 4.2 litros, es decir, 10,2 litros en homologación que se convertirán en algunos más en carretera. Buen esfuerzo, pero sin downsizing que nadie espere aguantar mucho entre repostaje y repostaje. De todos modos, si estamos comprando uno de los pocos V8 sin turbo que quedan en el mercado no será para ahorrar.
El interior es muy bueno, con una calidad extraordinaria y unos asientos de primera clase de aerolínea de Oriente Medio: inmejorables. En la consola hay un touchpad similar al de un ordenador portátil con el que elegir las funciones en la pantalla que destaca su sencillez de uso. En cuanto a opciones, por unos 12.000 euros más, la versión Carbon Pack trae un montón de novedades: equipo de audio Mark-Levinson, asientos en Alcántara, otras llantas del mismo tamaño pero diseño más exclusivo, el diferencial trasero y, atentos, un techo y capó de carbono que se quedan en color negro carbono y sin pintar.
Afortunadamente, y para no herir las sensibilidades e los clientes más exquisitos, Lexus ofrece estos productos por separado, así que cada cual podrá combinarlas a su antojo. Terminamos la prueba y un par de ingenieros japoneses se suben con nosotros para saber qué nos parece el coche, pero creo que ellos ya saben la respuesta sobre nuestra opinión del deportivo más ambicioso de su actual gama. El RC-F es un compañero genial que no necesita un plus en deportividad para ser tremendo. No obstante, parece que Lexus ya prepara algo así, y apostaría a que una versión turbo no debería tardar mucho más de un par de años para contentar a los más radicales.
Pero, ¿dónde deja eso al RC-F? Seguramente en una prueba comparativa el RC-F tenga que demostrar mayor precisión, prestaciones o tiempo por vuelta que sus competidores, pero esto nunca sucede en el día a día, y es ahí donde el japonés gana la batalla por goleada. Este no es un coche diseñado para citarse con sus rivales en cada ocasión, sino para ganarse a sus propietarios, y en un mundo donde en un 90% de las ocasiones necesitamos desplazarnos y solo en un 10%, con suerte, divertirnos, este RC-F es el mejor compañero posible, ya que el enorme V8 y su altísima calidad y dinámica nos acompañan tanto en el tiempo en el que no buscamos un deportivo a ultranza como también si visitamos un circuito en fin de semana. Y eso es una importante victoria.
Estamos seguros de que todo aquel que se suba a este Lexus no querrá bajarse nunca de un modelo de la marca. La bestia cuesta en España 86.700 euros en versión Executive, 98.500 euros para el Carbon Package y 99.500 euros para la versión Luxury. Atenta la competencia del club de las Altas Prestaciones, Lexus coloca un deportivo que hará que se venda algún cupé alemán menos…
LC-F2

La gama de descapotables de Lexus ha sido amplia y variada, como corresponde a una marca de lujo cuyas ventas principales se cosechan en Estados Unidos, pero no todos han sido realmente memorables, y de hecho en España solo hemos disfrutado de los Lexus SC y de algunas unidades del IS cabriolet. Las cosas van a cambiar con la llegada de la versión cabrio del RC, presentado como LC-F2 en su versión de prototipo y que se ofrecerá en la gama de una manera independiente. Para empezar el carácter extremo del diseño de los últimos Lexus se da cita una vez más, y aún más radicalizado, en este atractivo descapotable. el frontal evoluciona con una nueva parrilla aún más grande que mezcla dos tipos de acabados.
Ya es suficientemente impactante, pero los faros triangulares y las luces diurnas rasgadas en el paragolpes se encargan de determinar la deportividad y carácter de este modelo. La línea fluye, como en el cupé de cuatro plazas, hasta una trasera en la que los dobles escapes, los pilotos con forma de “L” y las preciosas llantas de 20 pulgadas capturan todo el protagonismo. Lexus no desvela si bajo la tapa de la capota hay un techo duro o de lona, pero dado lo estilizado del diseño y las últimas tendencias del sector, en el que las capotas de lona han superado ya todo tipo de pruebas de aislamiento, parece seguro que Lexus optará por esta disposición clásica, que también es más ligera. Permitirá así mantener un interior con cuatro plazas en configuración 2+2.
Las delanteras están tratadas a todo lujo, como es propio en la marca. el diseño del cuadro de mandos destaca de lo visto en otros modelos del mercado y apuesta por el sello personal de Lexus. alta calidad en los componentes e inmejorable factura en la fabricación se unen a un estilo lujoso y personal. el “touchpad” permite controlar la pantalla multifunción, mientras todo lo que rodea al conductor se viste de gala para recibir a los ocupantes en esta versión prototipo. Bajo el capó estará la gama de motores del RC, capitaneada a medio plazo por el enorme V8 de 5.0 litros, perfecto para dar batalla a una competencia que, en Estados Unidos, coloca muchísimas unidades de su descapotables más deportivos.
Lexus no nos debería hacer esperar mucho para poder conducir esta joya por los bulevares de Los Ángeles dirigiéndonos a las mejores playas de la costa de california, así que es muy probable que dentro de poco tiempo llegue la versión de serie a los concesionarios y veamos cómo cruza el charco para aterrizar en los concesionarios españoles. Marbella, Sotogrande y otras lujosas zonas de la costa serán el circuito preferido para este cabrio, con el que también disfrutar de las noches en las grandes capitales…