En las instalaciones de Audi Böllinger Höfe situadas en Heilbronn (Alemania) con más de 30.000 metros cuadrados, la empresa subsidiaria de la marca de los aros, Quattro GmbH, con 492 empleados, se encarga de dar vida a la nueva generación del deportivo estrella de Audi, el Audi R8.
El proceso comienza con la fabricación del chasis con piezas de aluminio fundido donde los empleados sueldan manualmente todas las piezas. En esta fase los robots solo se encargan de los procesos de unión en frío. Una vez terminada, los operarios ultiman los detalles de la carrocería del Audi R8 con una medición exhaustiva de cualquier posible fallo o irregularidad.
Tras esto pasa a la cadena de montaje que consta de 15 puestos donde los trabajadores realizan una gran cantidad de trabajos manuales. Los operarios montan hasta 50 piezas en un orden determinado, en las que necesitan hasta 12 herramientas diferentes. En esta fase se usan carros DTS que permiten que el coche pueda rotar hasta 90 grados para facilitar la tarea. Por último, finaliza con el control de calidad en un centro de pruebas donde realiza seis ciclos diferentes de pruebas, incluido un test por carretera.