Los coches autónomos son el futuro-lejano o no- y contarán con la nueva generación de conectividad. La siguiente generación alcanzará el 5G y servirá para que los vehículos autónomos del futuro pueda servirse de los datos obtenidos de la nube en los lugares más recónditos del mundo donde el 4G no llega.
Con este nueva tecnología autónoma se necesita una super-rápida transferencia de datos para mantener el vehículo en condiciones óptimas para que sus sistemas funcionen correctamente, como el sistema de navegación, reconocimiento de señales de tráfico, etc.
La conectividad 5G promete una tasa de transferencia de datos de hasta 45 GB/segundo y con una latencia de 1 milisegundo. Esta tecnología permitirá a los coches estar conectados constantemente con otros coches o cualquier sistema que intervenga en la conducción autónoma.
Esta tipo de procesamiento múltiple se traduce en que los coches del futuro estarán generando terabytes de información constantemente, con actualizaciones constante gracias a la conexión con la nube.
Adicionalmente a eso, el sistema de alta conexión 5G podría permitir a los sistemas de navegación de «nutrirse» de numerosas fuentes conectadas a la nube- y/o satélites- para calcular las rutas del GPS más eficientes y favorables.
No tendremos que espera mucho para ver esto. Mientras que el estándar del 5G está aún bajo desarrollo, se espera que veamos este tipo de tecnología preparada para funcionar en el año 2020, fecha en la que Volkswagen ha prometido que lanzará el primer vehículo eléctrico semiautónomo al mercado.
No solo las marcas de coches están detrás de la tecnología de vehículos autónomos, ya que otras empresas tecnológicas como Google, Uber y Nvidia están probando coches sin conductor en las calles de Estados Unidos.
A pesar de ello, Tesla tendrá coches 100% autónomos preparados para 2018, Toyota, General Motors y Volkswagen para 2020, mientras que Ford y BMW afirma que sus vehículos autónomos llegarán a nuestras calles en 2021.