La XXIV Clásica Tenerife puso punto y final a dos fines de semana repletos de emociones y de historia, con la disputa en La Palma y Tenerife de cinco etapas por carreteras convencionales que transitan por parajes naturales, desde terrenos volcánicos a la vegetación más frondosa, para delicia de las 200 personas que mueve esta prueba, tan deportiva como turística, así como para miles de espectadores que la siguieron allá por donde pasaba.

Un evento histórico entre La Palma y Tenerife
Dos hitos históricos marcaron esta edición de la Clásica: rememorar la Targa de Los Llanos de Aridane, en La Palma, en la carretera construida sobre la lava del volcán Tajogaite, y el Gran Premio de Tenerife de 1965 como colofón espectacular, con miles de espectadores, a la gran prueba.
Superado el reto que supone movilizar durante dos fines de semana y en dos islas a 78 vehículos, el Real Automóvil Club de Tenerife (RACT) ya trabaja en las bodas de plata de la prueba dentro de un año, la única homologada en España por la Federación Internacional de Vehículos Antiguos (FIVA).

En el último día de competición, las ramblas de la capital tinerfeña se convirtieron, como hace sesenta años, en un gran circuito urbano para honrar a los clásicos del automovilismo canario, teniendo como antesala a los modernos deportivos que hicieron disfrutar a miles de personas durante las dos horas que rondaron los 78 vehículos por la avenida Benito Pérez Armas y la rambla Reyes Católicos, partiendo de la avenida de Madrid.

En la Clásica Tenerife lo que menos importa es el ganador, a pesar de que hay auténticos especialistas de regularidad que participan con el deseo de hacer los mejores tiempos posibles, y en ese empeño se esmeraron durante los dos fines de semana los dos últimos ganadores de la regularidad.
Los campeones
Un duelo muy apretado que finalmente se llevó el joven matrimonio José Carlos Rendón y Samanta Montaner (MG A, de 1955) que han mostrado con creces que son unos especialistas de las medias del crono, ganando por segundo año consecutivo, superando por 342,5 puntos por 379,6 a David Liceras-Ainhoa Ayarra, con el Volvo 1.800, matriculado en 1963, ganadores hace dos años.

Hasta el tercer puesto se aupó el equipo Alberto Amaral-José A. Campos, con Mini Cooper 5, con 472,0 puntos, por delante de Jochen Sieper-Nicolás Sánchez, con Lancia Fluvia 1.6 (488,8) y Cristina Montes de Oca-Cristina Rodríguez, con Triumph TR6 (500,5).
Triunfo inesperado en turismo para los debutantes palmeros

En turismo, unos debutantes, los palmeros Álvaro Álvarez y Ángel Afonso, los más jóvenes de cuantos participaban, con un MG B de 1965, se impusieron desde que se llegó a Tenerife, tras el primer tramo ganado por Tracy Morales y Carmelo Trujillo, en La Palma. Álvaro se mostraba eufórico:
«No teníamos ni idea, pero al vernos arriba comenzamos a cuadrar bien los tiempos y hemos ganado con la fortuna del debutante», comentó poco antes de la entrega en el hotel Taburiente, muy cerca del parque García Sanabria, inicio y final de la XXIV Clásica Tenerife.

Las calles de Santa Cruz convertidas en circuito urbano
La vigésimo cuarta edición de la Clásica Tenerife estuvo patrocinada por los cabildos de Tenerife y La Palma, así como por los ayuntamientos de Santa Cruz de Tenerife, La Laguna, Santa Cruz de La Palma, Los Llanos de Aridane y Breña Baja, además de las empresas privadas Canaauto, Caixabank y Fred.Olsen, bajo la organización del Real Automóvil Club de Tenerife y bajo la dirección de carrera de Leo Mansito.

«Sin ellos resultaría imposible realizar la Clásica, que cada año es más grande», relató el presidente del RACT, Miguel Hernández Calzadilla, agradecido a las instituciones públicas y privadas «todo el apoyo que nos muestran» para hacer posible «que tanta gente siga con interés esta prueba que defiende el patrimonio automovilístico de las islas y además da a conocer la belleza de nuestros paisajes».
«Tremenda afición al motor que hay en Tenerife, hay que repetirlo», comentaba en la etapa final el presidente de la Federación Tinerfeña de Automovilismo, una muestra del éxito de la Clásica Tenerife, la más seguida por el público de cuantas se han realizado hasta ahora.







