En el evento de GMA en Barcelona, el profesor Gordon Murray volvió a mostrar su cara más cercana. Para unos es un tipo con aspecto de científico genial y despistado; otros le ven más como un rock star de los 70, con su aire juvenil y sus camisas floreadas. Y es que, en realidad, tiene un poco de ambas cosas. Sus grandes pasiones siempre han sido los coches y la música: guarda en su casa unos 8.000 vinilos y fue amigo íntimo de George Harrison.

Nacido en Durban (Sudáfrica) en 1946, su padre era mecánico de coches de origen escocés, y el joven Gordon quiso ser piloto desde niño. Siempre admiró a Jim Clark y pensó que, sin dinero, tendría que hacerse su propio coche de carreras.
Por eso compaginó el trabajo en una empresa de embalaje con clases de ingeniería mecánica. Su primer coche era parecido a un Lotus Seven y llevaba un motor 1.1 de Ford Anglia. Ya destacaba por su ligereza y con él logró ganar en la Burman Drive Hillclimb en 1967, justo antes de emigrar a Inglaterra.

Una vez allí, construyó un Fórmula 750 porque era lo único que podía permitirse. Empezó como delineante junior en Brabham F1, pero en 1973 Bernie Ecclestone, dueño del equipo, le ascendió a diseñador jefe y se quedósin tiempo para susproyectos personales. Es muy conocida la anécdota de que, cuando Ecclestone compró Brabham en 1971, echó a todo el mundo menos a él.

De pronto, Murray se vio compitiendo contra los Lotus de su admirado Colin Chapman. Tras el doblete de Brabham enWatkins Glen en 1974, Chapman se le acercó y le dijo: “That’s the way to do it”. Aquella misma noche le ofreció trabajo.
Gordon permaneció en el equipo de Bernie diecisiete años, diseñando los coches campeones en 1981 y 1983, hasta que fue fichado por McLaren como director técnico. Allí creó los McLaren-Honda vencedores de 1988, 1989 y 1990, con Senna y Prost al volante.

De la competición a los supercars
Murray dejó la Fórmula 1 para trabajar en McLaren Cars Limited y construir el McLaren F1. El proyecto nació en el aeropuerto de Milán durante una espera tras el GP de Italia de 1988.

Allí estaban Gordon Murray, Ron Dennis, Mansour Ojjeh y el director de marketing Creighton Brown. Lo recuerda así: “Ron quería expandir la compañía, y yo había querido diseñar un coche de calle desde que era un niño, algo capaz de batir a los Ferrari”.

Querían crear el mejor deportivo del mundo y las premisas eran ambiciosas: “Simplemente el mejor coche del mundo, capaz de superar los estándares actuales por mucho… se convertirá en el coche más deseado… un deportivo queusará materiales procedentes de la F1, con tecnología cercana a la del equipo McLaren. Será con motor central y tracción trasera, y la calidad de fabricación alcanzará nuevos niveles”. El objetivo de peso era de 1.000 kilos, aunque finalmente el cochese quedó en 1.130.

El McLaren F1 mide 4,28 metros de largo, más pequeño que un Porsche 718 Boxster. Murray probó todos los superdeportivos de la época y su favorito fue el Honda NSX, al que consideraba la referencia por comodidad y comportamiento.
Sobre los Ferrari de entonces fue tajante, y del Porsche 959 destacó su tecnología, aunque lo veía esencialmente como un 911 muy sofisticado.
Entre las innovaciones del F1 destacan el monocasco de fibra de carbono, el efecto suelo, el sistema de diagnosis remoto o el cableado aeronáutico ligero. No llevaba control de tracción, ABS, dirección asistida ni ESP. El motor debía ser atmosférico, de altas revoluciones.

Tras descartar Honda, BMW desarrolló bajo la dirección de Paul Rosche un V12 de 6,1 litros y 630 CV que pesaba solo 260 kilos. La sobrealimentación nunca se consideró por la falta de respuesta inmediata al acelerador.
Se fabricaron 100 unidades del F1, además de los prototipos: 72 de calle y 28 F1 GTR de competición. Una de estas versiones ganó las 24 Horas de Le Mans en 1995 y dos campeonatos mundiales de GT.

Tras otros proyectos como el Mercedes-Benz SLR McLaren, Gordon dejó McLaren en 2005 y fundó Gordon Murray Design en 2007. En 2019 creó Gordon Murray Automotive y ese mismo año se anunció el T.50, presentado en 2020.
Desde entonces han llegado el T.50s, el T.33 y el T.33 Spider. En 2025 se celebran sesenta años de diseño de coches por Gordon Murray y el lanzamiento de Gordon Murray Special Vehicles, con el S1 LM y el Le Mans GTR.
Una casa con 22 garajes

Dicen que conocer la casa de alguien da pistas sobre su personalidad. La residencia de Murray en Surrey tiene un dormitorio y veintidós garajes, además de diecisiete jukebox. Su esposa Stella, con quien lleva 55 años, opina que sobran dieciséis.
Su colección de coches refleja su visión del automóvil: no le interesan los superdeportivos típicos. Conduce a diario un Alpine A110, que considera una referencia absoluta, y guarda joyas como Lotus Seven, Elan, Europa, un Ferrari 308 GT4, un Ford Thunderbird del 57 o el ligero Rocket diseñado por él mismo.

También colecciona motocicletas clásicas italianas y japonesas, colgadas en las paredes como obras de arte. Terminamos aquella visita conduciendo un Lotus Elan S4 de 1970, que Murray considera el mejor deportivo que ha probado jamás.
La última incorporación a su colección es un Alpine AGTZ de Zagato, una pieza limitada capaz de transformarse entre cola larga y corta, tan visionaria como su propietario.









