La paridad de rendimiento de los coches y sus bruscas reacciones ponen en crisis a los 6 novatos que ingresaron este año a la F1 y ya hubo dos damnificados: Jack Doohan y Liam Lawson.
La época más exigente de la F1

EN LA VUELTA PREVIA del GP de Australia 2025 se vio llorar como un niño desesperado a un piloto de Fórmula 1. Era el franco argelino Isack Hadjar, de 20 años, que se había accidentado girando en la vuelta de formación. Lloraba por su error, inundado de angustia, pero también por miedo de perder su butaca en Racing Bulls aún antes de competir. Los otros cinco debutantes-novatos que ingresaban como pilotos oficiales ese día no lloraron, pero avanzaron en la carrera llenos de terror.
Pronto iban a darse cuenta de que viven atrapados en una trituradora de sueños y van de pasajeros en una especie de “Juegos del Hambre” sobre ruedas. Saben que no les concederán suficiente tiempo para adaptarse, ni para ponerse al nivel del piloto de referencia del equipo. La tolerancia con su falta de experiencia es muy poca aunque el coche que reciben sea un flan en las curvas.

En esa carrera en el Albert Park de Melbourne debutaban el inglés Oliver Bearman, el italiano Andrea Kimi Antonelli, el brasileño Gabriel Bortoleto y el australiano Jack Doohan y el neozelandés Liam Lawson. Corriendo bajo la lluvia, hubo seis accidentes y salidas de pista, cuatro de ellos protagonizados por los novatos: el de Hadjar, otro de Jack Doohan (Alpine), otro de Gabriel Bortoleto (Sauber) y el cuarto del neozelandés Liam Lawson. ¿Cómo habían llegado esas jóvenes esperanzas a sentarse en un F1 y arriesgarse a tragar una píldora envenenada? Los pilotos jóvenes se forman en la Fórmula 3 y la Fórmula 2.
Si se ve cierto talento conducen los F1 de los equipos en la primera sesión de entrenamientos libre de los viernes de Gran Premio. Si dejan buena impresión y se produce una vacante logran debutar. De ahí a afianzarse en la F1 queda mucho camino por recorrer. La competitividad es extrema en 2025: En las pruebas de clasificación, por ejemplo, menos de un segundo encierra a los 20 competidores, como sucedió en la Q1 del reciente Gran Premio de España.

Son los puntos logrados en cada Gran Premio los que determinan en gran parte lo que un equipo recibirá del dueño comercial de la categoría, Liberty Media. Cada posición que se avanza en el campeonato vale en torno a 8 o 9 millones de euros. El límite en los gastos de explotación –138 millones de euros– determina que tenga consecuencias muy negativas el coste de los accidentes. Cada euro gastado en reparaciones, detrae otro euro dedicado a la investigación y el desarrollo.
Debido a que era sensiblemente más lento que su compañero y por el alto coste de varios accidentes que sufrió, Williams reemplazó al estadounidense Logan Sargeant con el argentino Franco Colapinto antes del GP de Italia tras una temporada y 15 carreras. El reemplazante también tuvo una alta cuenta por reparaciones. Debido a las reacciones abruptas de los chasis actuales los novatos tienen un porcentaje de accidentes con daños sensiblemente mayor que el de los pilotos más establecidos.
Dinero y política en contra
Viajamos en el tiempo hasta el 2 de mayo de 2025, Hard Rock Stadium. El piloto australiano Jack Doohan, a la vista de todo el mundo, eleva la voz y se muestra visiblemente furioso con el jefe del equipo Alpine, Oliver Oakes. Por una equivocación de la escuadra no pudo realizar su vuelta rápida en la calificación para la carrera sprint quedando eliminado en la Q1. Doohan está harto. Desde diciembre de 2024 se dice que su permanencia como piloto titular del equipo no iba a pasar más allá del GP de Miami. Tampoco había mostrado él condiciones de piloto excepcional.

Había protagonizado dos costosos accidentes sin arrimarse lo suficiente en velocidad y ritmo de carrera al piloto uno de la escuadra, Pierre Gasly. Su suerte ya estaba echada: en la carrera siguiente, Gran Premio de Emilia Romagna en Imola, Italia, el argentino Colapinto le reemplazaba. Flavio Briatore el otrora laureado jefe del equipo de Benetton y Renault, había alquilado los derechos deportivos y de imagen del argentino tras negociar con Williams.
¿A quién se le ocurriría pensar que Briatore no iba a hacer correr a Colapinto en 2025? Doohan caía víctima de los intereses comerciales y de su rendimiento un tanto anodino, por debajo de las expectativas del equipo. Alpine no estaba solo en creer que se puede exigir una rápida adaptación a los novatos llegados desde la F2. Incluso le superaba en ambiciones Red Bull. Al comenzar la temporada, ascendieron al neozelandés Liam Lawson para ser compañero del mejor piloto de la actualidad, Max Verstappen. Pero el RB21 2025 de la escudería es un potro indomable.
Solo Verstappen puede extraer de él algún resultado importante. Ganó en Japón e Imola pero en el certamen le superan ampliamente los dos McLaren de Lando Norris y Oscar Piastri que acumulaban entre ambos 9 victorias hasta el GP de Inglaterra. Solo dos carreras de pesadilla tuvo Lawson para adaptarse. Demasiado poco. Era 18º en la calificación de Australia, a un segundo de Max Verstappen y se salió de pista en carrera. En el GP de China quedaba último en la Q1. Tras ese Gran Premio lo “degradaron” enviándolo desde donde había salido, el equipo satélite Racing Bulls. Al menos, sobrevivía.
Hace 20 años, en la era Michael Schumacher-Fernando Alonso, eran aceptables diferencias de hasta medio segundo entre compañeros. No resultaba tan crítica esa desventaja porque, por ejemplo, en el “medio pelotón”, desde el octavo puesto en los entrenamientos oficiales hasta el decimosexto podría haber diferencias de 3,5 a 4 segundos.

Actualmente, en 3 décimas pueden entrar hasta 8 o 10 pilotos en la calificación. De hecho, en la Q1 del GP de España 2025 solo hubo 2/10 entre el octavo y el decimoctavo de la Q1. De ahí que se sea tan exigente con los novatos. Por tres décimas o menos en los entrenamientos oficiales un equipo puede perder la posibilidad de sumar puntos. De ahí que la desventaja en velocidad a una vuelta de un segundo piloto debe ser, como máximo, de una a dos décimas más lenta que la del compañero más rápido. En los años noventa, la diferencia que se aceptaba era mucho más amplia.

En 1994 y 1995, Johnny Herbert fue el escudero en Benetton de Michael Schumacher, el protegido de Flavio Briatore. Muy a menudo quedaba por detrás entre un segundo y segundo y medio. Aún así, Herbert resistió en el equipo dos temporadas. Esos lujos no se otorgan actualmente salvo contadas excepciones. Mick Schumacher, el hijo del que fuera 7 veces campeón, Michael, permaneció en Haas dos temporadas, 2021-2022, gracias a su aporte de los motores Ferrari valorados en varias decenas de millones de euros.
La paciencia escasea actualmente en la Formula 1
Si Doohan duró poco, su reemplazante Colapinto, que en 2024 asombró por su velocidad y ritmos de carrera logrando puntos ya en su segunda carrera en la F1 con un Williams FW46 muy manejable, se encontró en Alpine este año con un coche indomable.
El piloto argentino ha tenido una cuota alta de salidas de pista en momentos cruciales y no cosechó punto alguno en seis carreras, aunque él, como Doohan, tuvieron un promedio de déficit en velocidad a una vuelta de tres décimas respecto de Gasly. Los casos de Doohan y Colapinto, aunque no los únicos, son fotografías en alta definición de la trampa que constituyen para los novatos los coches inestables y de rápidas reacciones no predecibles de varios de los F1 actuales.

Estas esculturas aerodinámicas con efecto suelo, si no están bien diseñadas sorprenden inclusive hasta a los más veteranos. Esta temporada le tomó al madrileño Carlos Sainz no menos de seis carreras lograr consistentemente los tiempos de su nuevo compañero en Williams, Alex Albon, que ya lleva varios años en el equipo. Le ha pasado lo mismo al siete veces campeón, Lewis Hamilton en Ferrari, solo que al inglés le ha tomado no menos de nueve carreras acercarse al rendimiento del mucho más joven Charles Leclerc. A otros novatos les está yendo mejor.
Sobre todo a Andrea Kimi Antonelli porque le han entregado un coche ganador como el Mercedes. El italiano consiguió una “pole” para la carrera sprint en Miami y un podio en Canadá. Aun así, su diferencia de velocidad con su compañero de referencia es de tres décimas, no mejor que la de otros novatos que han sufrido al fondo del pelotón, como Doohan, Colapinto y, en las primeras carreras Gabriel Bortoleto. La F1 estrena nuevos motores, electrificación y reglas aerodinámicas en 2026. Los equipos quieren llegar lo mejor preparados posibles para la apertura de una nueva era y por ello, la temporada de 2025 es un filtro de pasos muy finos que solo podrán superar los mejores novatos.