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Flavio Briatore, millones, victorias, trampas y castigo…
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5 de febrero, 2017 Tiempo de lecturaAhora que Bernie Ecclestone ya no está al frente de la Fórmula 1, repasamos la historia de uno de sus íntimos amigos, Flavio Briatore. Entre los dos consiguieron llevar al deporte del motor a lo más alto, con audiencias planetarias, y todavía tienen una legión de incondicionales que siempre han perdonado sus «malas artes» en favor del espectáculo. Pero tanto fue el cántaro a la fuente que al final se rompió. Muchos considerarían una desgracia ser expulsado del mundo de la F1 y del deporte motor, como le sucedió al italiano Flavio Briatore en el año 2009, cuando era el todopoderoso patrón del equipo Renault, detentor de 42 victorias, tres títulos de constructores y cuatro de pilotos. Sin embargo, ni el más leve sonrojo se vislumbró en el rostro de este histriónico personaje al conocer la condena de expulsión de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) por “apañar” el GP de Singapur que Fernando Alonso ganó en 2008.
Una gran ambición
Hijo de dos maestros de escuela, nacido en Cuneo en 1950, Flavio vio la posibilidad de tener el mismo dinero que sus acaudalados amigos del country club del pueblo cuando se relacionó con el inversor de Cuneo, Attilio Dutto. Éste había adquirido una pequeña fábrica de pintura al banquero testaferro de la mafia, Michele Sindona. Una bomba hizo volar al coche de Dutto, con éste al volante, en 1979. Flavio despareció y reapareció en Milán haciendo gala de mucho dinero. Se hizo amigo de varios nobles descarriados, se dedicó al póquer y, para la banda del mafioso Francis Tutarello, buscaba incautos para desplumarlos en las mesas de juego. Un tribunal de Milán lo juzgó y condenó a tres años de prisión. Para entonces, él ya estaba en las Islas Vírgenes. Allí abrió algunas tiendas de Benetton. Cuando logró una amnistía volvió a Italia y se adentró en la jet set. Luciano Benetton sabía de dónde venía y de lo que era capaz, y le envió a EE UU. Allí abrió hasta 800 tiendas franquiciadas. Ya casi millonario y sin saber dónde tenía el motor un F1, se hizo cargo del equipo Benetton en 1990. Empezaba una nueva vida.
Imagen de Play Boy
Hedonista y exhibicionista, Briatore se paseaba por los circuitos en compañía de sus bellas conquistas, entre ellas las modelos Heidi Klum y Naomi Campbell. Su nutrida actividad romántica no le impidió dirigir la escuadra Renault que ganó los certámenes de pilotos y constructores con Fernando Alonso en 2005 y 2006. Briatore tomó bajo su ala a Alonso en 2001, después de que fuera descubierto por Adrián Campos. Y el asturiano volvió a situarlo en el pináculo. A finales de 2006 hubo grandes festejos en la enorme discoteca Billonaire, de su propiedad, situada en Porto Cervo, Cerdeña, allí donde también amarra su gran yate, Force Blue, de 80 metros de eslora.
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