Fiat: El gurú del 500X

¿Se ha fijado usted bien en los interiores de un Fiat 500? ¿Ha pensado alguna vez qué clase de personaje infantil, soñador o retro-moderno puede estar detrás de una familia de coches con tanta vida? ¿Sabe usted que los interiores más identificativos y deseados del planeta, después de los de un 911, son los del actual 500? Pues agárrese, ya que el gran gurú del diseño de interiores de un coche tan cool como la Cinquecento es precisamente un españolito, un tipo simpático y muy dialogante llamado Virgilio Fernández y, como no podía ser menos, nativo de Valdepeñas, sí, de Ciudad Real de Castilla-La Mancha; sí, nacional, no es italiano aunque lo parezca…

Virgilio es un padre de familia con dos hijos y casado con una deslumbrante milanesa, ambos próximos a los 40, que lleva siete años durmiendo en el interior de un Fiat 500 para crear los mejores espacios del mercado, sobre todo los más envidiados y a veces hasta fusilados del sector. Virgilio es hijo de un ingeniero agrónomo que tuvo los coches más peculiares del momento, Virgilio es un niño bien, que logró ser Ingeniero Técnico en Diseño Industrial gracias a una familia que invirtió en el futuro de un estudiante laureado, “prodigio”, como decía su abuela. Virgilio decidió estudiar diseño y se matriculó en las mejores escuelas españolas, siendo la catalana Elisava la que lo lanzó al mundo de los coches. Todo esto le llevó a fichar por el Grupo Fiat y a trabajar mano a mano con con los mejores jefes de diseño del mundo del automóvil, como el malagueño Frank Stephenson (hoy jefe de diseño de McLaren) y Roberto Giolito (jefe de diseño de Fiat-Chrysler Europa). Virgilio no es el típico diseñador excéntrico de tacón tejano y chúpame la punta, ni tampoco se cree Pavarotti. Virgilio es un tipo sencillo más cercano a un Leonardo da Vinci que en lugar de recibirnos en su flamante estudio de diseño de Turín fue a pie de escalerilla al aeropuerto de Milán para recogernos en su última creación, el novedoso Fiat 500X y, junto a él, recorrer la bella ciudad italiana.

Este revolucionario modelo comparte muchos detalles técnicos con el Jeep Renegade, con lo cual se garantiza la solidez y fortaleza de una marca más que experimentada en la construcción de coches 4×4. Lo primero que Virgilio nos dejó muy claro es que él era un apasionado del diseño y no de los coches, aunque reconoce que con el tiempo le encanta dibujar sus interiores que, como él dice, es lo más cercano al pasajero. El 500X es la madurez de una familia que no ha terminado de crecer, el 500X es el Popeye de los 500, es el más moderno, también desde el punto de vista tecnológico. Fiat, comenta Virgilio, tiene un departamento de diseño maravilloso con gente de un valor incalculable. El secreto de Fiat con el 500 ya se estudia en las universidades de marketing y económicas, cómo con un coche tan pequeño y popular se puede llegar a todo el mundo, y es que el 500X vuelve a tomar esa filosofía. No hay edad, no hay sexo, no hay nivel económico para identificar al propietario del 500X, un coche claramente que marca una tendencia por la que enseguida empezarán a pasar otras marcas. Fiat ya marcó tendencias con el 500 y ahora lo hace con el 500X.

Virgilio condujo y nos habló en exclusiva para CAR durante todo el día, y sentimos de verdad lo que es un diseñador consagrado a su trabajo. Todo le llama la atención, todo es susceptible de ser reinterpretado. Cada trocito del 500X tiene su historia, todo es nuevo aunque nos parezca que han arrancado el interior de un 500 para ponerlo en el 500X. Los materiales son una gozada, su tacto, sus formas, su flexibilidad. Todo en el 500X es como si se hubiese planteado un coche para siempre. Virgilio ve un coche por la calle y lo compara con el 500X, pero nunca lo menosprecia, todo lo contrario, exalta el trabajo de sus competidores y aprende al mismo tiempo que innova. El 500X es, como hemos dicho, el Popeye de la familia, el hermano musculado del 500L. Su éxito está asegurado y da una pista de hacia donde irá el diseño de los coches del futuro.