Si eres un fan de «Mad Mike» identificarás rápido su Mazda RX-7. El «drifter» nacido en Nueva Zelanda comenzó su andadura en el mundo del drift en 2007 con un Mazda RX-7, su fiel aliado a la hora de trazar las curvas con ángulos imposibles.
Pues bien, su compañero japonés ha recibido un lavado de cara (y nunca mejor dicho) que une dos coches en uno. Por una parte, tenemos la parte trasera del modelo RX-7 de los años 90, un coche con motor rotativo que ha enamorado a medio mundo por sus altas prestaciones. Por otro lado, la parte delantera ha perdido ese «look» de los años 90 para abrazar la tez del Mazda RX-3 de los años 70; el nuevo aspecto del MadBul ha sido creado con la ayuda del diseñador Kei Miura junto con un paquete aerodinámico Rocket Bunny.
A pesar de que el chasis del RX-7 aun permanece bajo su piel, el aspecto «de la vieja escuela» se ha conseguido gracias a la colocación de la parrilla original 12A Savanna del RX-3, junto con los espejos localizados sobre los guardabarros delanteros. A este estilo retro se añade las ruedas Rotiform LHR.
Para lo más curiosos, la placa japonesa que lleva en la parte trasera del MadBul no es solamente verdadera, sino que es la matrícula que usaba el MadBul RX-7 cuando se encontraba en territorio nipón.
Mantiene el mismo motor rotativo de 536 CV sobrealimentado; el MadBul ha recibido una serie de mejoras mecánicas incluyendo un escape de acero inoxidable de 3,5 pulgadas.
Dentro de la jaula antivuelco, asientos de competición baquets Takata Racing con arneses, junto con un volante Sparco. Una suspensión Tein Super Drift– con brazos de dirección personalizados-, así como una caja de cambios secuencial de seis velocidades de HKS y un freno de mano hidráulico completan su «kit drifter».