DS Nº8: querido y amado DS

DS Nº8: querido y amado DS

Sí, nada me ligaba a la firma DS. Sí, asumo que no la conocía más allá de ver algunos coches por la calle o en redes sociales, pero no tenía ni idea de lo que realmente representaba ni del nivel tan alto en el que compiten. No se puede decir bajo ningún concepto que DS no es una auténtica marca de lujo, y creedme, el más sorprendido, en esta ocasión, fui yo.

DS Nº8
DS Nº8

Primera impresión: lujo en estado puro

Tocaba viajar. Sí, así es nuestra vida, desayunamos en un país, comemos en otro y cenamos en uno diferente. La vida del periodista del motor nunca es predecible. Cada semana volamos a distintos lugares del mundo para conocer a nuestros amores de vida y en este caso nos esperaba en Suiza, el país del tenista con más clase del mundo y donde reside la leyenda más guerrera de la Fórmula 1, oculta al mundo por una desgracia que apagó su carácter alemán y que todos soñamos con volver a ver algún día como lo recordamos.

Pero bueno, vayamos al grano, centrémonos en nuestro protagonista, el grandioso DS Nº8. Sí, Nº8, nada de llamarlo DS8, seamos correctos. Hasta en eso la marca pone énfasis, hay que cuidar cada detalle y en esto no han escatimado lo más mínimo.

Un diseño que rompe moldes

DS Nº8
DS Nº8

Como les comentaba, para un desconocedor que llega sin ninguna expectativa, encontrarse con este coloso envuelto en una carrocería que respira lujo en estado puro es un shock cuanto menos interesante. Probablemente lo último que me esperaba. Mi persona llegaba a Suiza esperando encontrarse con otro SUV más para el mercado, algo común, con una silueta conocida que hemos visto mil veces disfrazada con diferentes máscaras estéticas.

Pero no. La verdad es que, a simple vista, me costó catalogarlo. Evidentemente no era un SUV, aunque su altura libre al suelo lo hace sentirse como tal al conducir, pero su aspecto era el de un auténtico coche de la realeza saudí.

Un coche con presencia, con un estilo que mezcla la elegancia clásica con pinceladas de modernidad, con un tamaño que impone respeto y que hace a cualquiera girarse a verlo. Yo no esperaría nada menos que ver a una estrella bajarse de este coche. Estrellas que, por cierto, lleva bordadas en su interior… pero eso lo dejamos para más adelante.

Las comparaciones son odiosas… pero inevitables

DS Nº8
DS Nº8

He de reconocer que, al verlo, lo primero que me vino a la cabeza fue un Maybach. Tal vez por su carrocería bicolor, tal vez por esa forma de presentarse en escena con solemnidad. Y ojo, sus proporciones engañan, no es tan grande como aparenta.

Estamos hablando de un largo de 4,82 metros (que no es precisamente compacto) y un ancho de 1,90, que a simple vista parece superar los cinco metros. Una presencia escénica que me recordó al coche de Pierce Brosnan en “El mañana nunca muere”, cuando el 007 recorría Hamburgo en un sedán teledirigido desde el asiento trasero. Algo de esa esencia se respira aquí, sofisticación, tecnología, elegancia… y una pizca de espectáculo.

El toque presidencial y el lujo suizo

Interior DS Nº8
Interior DS Nº8

Entre toda esta vorágine de primeras impresiones y entre modelos de Fórmula E y clásicos de la marca, nos topamos con una sorpresa adicional. Otra para la colección. En la puerta del hotel Des Horlogers, donde nos hospedábamos, se encontraba el que sería futuro coche del presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron. Literalmente.

Lucía una pintura azul especial en un tono oscuro elegantísimo. Y por si no eran suficientes las banderas francesas ondeando orgullosas desde su carrocería, la parrilla (que normalmente luce franjas blancas iluminadas) mostraba un juego de luces con los colores de la bandera nacional. Un detalle muy singular.

También incluía botonería específica que, sinceramente, parecía salida de “El coche fantástico”; pulsabas algo y uno no sabía si iba a aparecer una metralleta en el paragolpes o una antena para contactar con el Eliseo. Y cómo no, techo practicable para que el presidente pueda saludar a su pueblo. Evidentemente, nada de esto se puede configurar en el modelo de serie, pero verlo en directo tenía algo de película francesa de los años sesenta, como si Belmondo fuese a aparecer en cualquier momento y emprender la huida.

DS Nº8
DS Nº8

¿Y el hotel? También era espectacular. Todo en sintonía con el coche que DS había elegido como embajador de su filosofía. Ubicado en Le Brassus, en pleno corazón del valle de Joux, no es un alojamiento cualquiera, su diseño ha sido concebido en colaboración con la prestigiosa firma de relojería Audemars Piguet. De hecho, desde sus ventanales se divisa la fábrica donde nacen algunos de los mecanismos más complejos del mundo.

Y no es casualidad. En Suiza, el lujo no se grita, se susurra. Se expresa en silencios, en precisión, en respeto por el detalle. Y eso es, precisamente, lo que DS ha querido transmitir. Porque si existe un país en el que las cosas bien hechas son una religión, ese es Suiza y el DS Nº8, como buen discípulo, ha sabido absorber ese espíritu.

El arte del detalle: interior y sensaciones

Pero llegaba el momento clave, probar el coche. Confirmar si esa estética tan llamativa tenía también sustancia. Y vaya si la tenía. El interior es casi más sorprendente que el exterior. Materiales nobles, acabados cuidados al detalle, remates perfectos, costuras decorativas trabajadas con mimo y una atmósfera de auténtico salón parisino sobre ruedas. DS ha puesto especial cuidado en ofrecer una experiencia sensorial, todo lo que tocas, miras y hueles está pensado para transmitir refinamiento.

Interior DS Nº8
Interior DS Nº8

La conducción acompaña

El volante en forma de X puede parecer extraño al principio, pero tras unos kilómetros se convierte en una seña de identidad. El peso de 2.200 kg se disimula de manera brillante gracias a una dirección suave, a un chasis bien afinado y a una gama de motorizaciones solventes.

La versión más potente desarrolla 350 CV (4×4), mientras que las variantes más modestas, con tracción delantera y con 230 ó 245 CV, resultan igual de agradables en el uso diario gracias a su menor peso. El empuje es progresivo y silencioso, como si el coche flotara sobre el asfalto.

DS Nº8
DS Nº8

Las suspensiones filtran con la precisión de un reloj suizo y el silencio a bordo es digno de estudio de grabación. Además, hay masajes de todo tipo, atmósferas lumínicas envolventes y asientos que, sinceramente, compiten con cualquier sofá de diseño escandinavo. Y no exagero, en un momento de descanso, mientras esperaba mi turno para cambiar de conductor, cerré los ojos… y casi entro en fase Rem por los siglos de los siglos.

Los asientos traseros son tan cómodos que uno se siente tratado como un pasajero de primera clase en un vuelo intercontinental. Todo en este coche está pensado para el disfrute.

Lujo que se siente, no que se muestra

Lo más impactante, quizá, es cómo DS ha conseguido que este coche no parezca una reinterpretación de nada. No se siente una copia ni una respuesta a ninguna otra berlina de lujo.

Tiene personalidad propia. Lo notas en el diseño de sus ópticas, en el patrón gráfico de los guarnecidos interiores, en esa mezcla de líneas rectas y curvas suaves que parecen salidas del lápiz de un diseñador de moda más que de un ingeniero. Incluso los mandos físicos tienen un tacto especial.

DS Nº8

Como si el equipo de desarrollo hubiese pasado horas viendo “El gran Gatsby” y buscando cómo traducir esa decadencia dorada al lenguaje automovilístico moderno. El DS Nº8 no es un coche para cualquiera, ni lo pretende. Es un vehículo para quienes aprecian lo distinto, lo refinado, lo singular. Para quienes prefieren una película de Truffaut a una de Michael Bay. Para quienes entran a una boutique buscando algo que nadie más lleve. Y eso, en el mercado actual, no solo es valiente, es profundamente necesario.

Cuando un coche se convierte en experiencia

Y al terminar la jornada, cuando el sol se escondía tras los Alpes y el aire olía a madera húmeda y a café recién molido, un compañero periodista pidió quedarse unos minutos más en el coche.

No dijo nada. Solo encendió la iluminación ambiental, seleccionó un sistema de relajación y se quedó allí, en silencio, con los ojos cerrados. Nadie lo interrumpió. Porque entendimos que hay coches que no solo se prueban, se viven. Y este fue uno de ellos.

Baterías de un coche de lujo

El DS Nº8 se ofrece con dos opciones de batería, ambasdel tipo NCM (níquel-cobaltomanganeso) y fabricadas en Francia. La versión de acceso incorpora una batería de 73,7 kWh netos, asociada a tracción delantera y con una autonomía homologada de hasta 572 km según el ciclo WLTP.

Para quienes buscan mayor alcance, existe una batería de 97,2 kWh, que permite llegar hasta 750 km en la versión de tracción delantera y 686 km en la variante con tracción total.

Batería DS Nº8
Batería DS Nº8

La potencia máxima de carga en corriente continua es de 160 kW, suficiente para recuperar del 20 al 80% en solo 27 minutos. En corriente alterna, el cargador de serie es de 11 kW, aunque está prevista una opción de 22 kW. Esta eficiencia energética refuerza la propuesta de lujo sostenible que define al modelo.