DS E-Tense y DS Tiburón: el origen se encuentra con el futuro

Imagínate que vas tranquilamente por Madrid cuando de repente ves pasar un DS Tiburón. «¡Wow! Ya no se ven muchos de esos, que elegancia». Es lo primero que se te podría venir a la cabeza, al menos a nosotros. Pero ¿y si detrás de este clásico francés aparece un vehículo de diseño futurista y color estridente? Pues puede que alucines el triple, porque no es muy común ver rodar un prototipo como es el DS E-Tense, y menos hacerlo escoltado por un DS Tiburón en Madrid. 

Las diferencias son abismales, sin embargo, ambos comparten un elemento común, la pasión por el diseño. El del DS 23, también conocido «Tiburón», ha pasado a la historia por su silueta, reconocible desde cualquier punto, con ese perfil estilizado que comenzaba con un capó que se hundía hacia el morro. Unas líneas que le sirvieron para ganarse su apodo.

DS E-Tense y DS Tiburón: el origen se encuentra con el futuro

Dista mucho del concept que la firma francesa presentó este año en el Salón de Ginebra. El DS E-Tense representó a la marca en la capital suiza, logrando atraer todas las miradas, como lo ha hecho hoy durante nuestra sesión de fotos. Con su silueta de coupé Gran Turismo, subrayada por un dorsal cromado, su color de carrocería, Verde Amétrine metalizado, el DS E-Tense genera, con sólo mirarlo, el deseo de verlo en movimiento. En la parte trasera, los intermitentes integrados en el techo son un guiño al DS de 1955. El culmen del trabajo sobre la firma luminosa: las luces traseras, equipadas con la tecnología full LED y diseñadas como láminas, parecen adquirir vida durante la utilización del vehículo, y muestran el tono de los próximos DS.

Si hoy hubiera habido problemas con la contaminación en la capital, podríamos haber ido sin problemas con el DS E-Tense, pues es un concept 100% eléctrico. Con 516 Nm de par y silencio, 402 CV y ningún gas de efecto invernadero emitido. Es una obra de arte silenciosa.  Muy diferente a la sencilla mecánica del DS Tiburón, un motor gasolina de poco más de dos litros y 120 CV. 

Hasta su interior es evocador de las líneas del futuro. Nada que ver con montarnos en el DS 23, que como si de la máquina del tiempo del Doctor WHO se tratara, nos transporta 60 años atrás en el tiempo, con sus grandes y cómodas butacas. La Navidad está a la vuelta de la esquina y nos hemos puesto tan nostálgicos que hemos querido juntar a estos dos miembros de la familia DS para vosotros. Si os habéis quedado tan maravillados con estas dos joyas del automovilismo juntas, estad atentos a nuestras siguientes publicaciones en papel y en la web.