Dos versiones, un mismo espíritu: Rolls-Royce Ghost Series II

El Ghost Series II es el último deseo de uno de los modelos más emblemáticos de Rolls-Royce. Para poder conducir un Rolls hay que ser un afortunado en la vida, y ya no decimos nada para ir de pasajero. Y esta fue a primera experiencia que me esperaba cuando llegué al aeropuerto de Niza. Poder disfrutar durante una hora lo que sienten las personas más poderosas del mundo cuando se desplazan es algo que no se olvida.

Lo primero que me impactó, el silencio. El coche es enorme, imponente, grandioso, y silencioso. Pero es un silencio que da paz. Cómo es posible que dentro de algo tan grande y sabiendo lo que lleva debajo del capó, haya tan poco ruido. Podría aventurarme a decir que esto es más del 50% del confort que ofrece un Rolls. Luego ya pasamos a cosas muy locas, como un botellero, alfombrillas de pelo largo, butacas en lugar de asientos, y cómo no, mi extra favorito: las estrellas en el techo. Las llevaba encendidas todo el día. Y de noche imitan a estrellas fugaces. Es mágico.

Esta nueva versión que hemos ido a conocer conserva la esencia que ha hecho del Ghost un referente, con mejoras significativas que amplían sus capacidades y carácter. Entre las innovaciones, el motor V12 biturbo de 6.75 litros, combinado con un chasis dinámico orientado al conductor, asegura que esta sea la experiencia más ágil y tecnológica jamás creada en un Rolls-Royce. Además, el sistema de suspensión Planar, perfeccionado durante 10 años, crea una sensación única de “volar sobre tierra”.

Elegancia pura en movimiento

El Ghost Series II es uno de los modelos más importantes de la era de Goodwood. Su primera generación, lanzada en 2009, se diseñó para una nueva hornada de consumidores de lujo, más jóvenes y que buscaban la versatilidad. En 2020, el Ghost de segunda generación evolucionó hacia un diseño modernizado y una ingeniería de vanguardia, destacándose como el Rolls-Royce más dinámico y tecnológicamente avanzado hasta entonces.

Esto marcó el inicio de una era de experimentación y expresión, desde los códigos de ‘lujo silencioso’ popularizados posteriormente por la industria de la moda, hasta celebraciones audaces y brillantes del color.

Ahora es la definición de serenidad sobre ruedas. Si lo miras desde cualquier ángulo, su diseño monolítico destaca por su simplicidad y refinamiento, manteniendo esa imponente presencia que caracteriza a Rolls-Royce. La nueva parrilla Pantheon iluminada y las luces diurnas Matrix Led, añaden un toque contemporáneo a la clásica silueta del Ghost.

Con un motor V12 biturbo de 6.75 litros, dirección en las cuatro ruedas y tracción total, el Ghost rápidamente fue reconocido como el modelo más dinámico y orientado al conductor de la familia Rolls-Royce y la máquina perfecta para viajes largos. Los sistemas de suspensión y chasis se complementan con el sistema Flagbearer de la marca, que utiliza cámaras para leer la carretera por delante y preparar la suspensión para cualquier cambio en la superficie de la misma. Esto se complementa con la transmisión asistida por satélite, que utiliza datos de GPS para seleccionar la marcha óptima para salir de una curva según la extensión de su curvatura.

Estas tecnologías funcionan como una sola, lo que permite al Ghost anticipar y reaccionar a las carreteras más exigentes sin esfuerzo, combinando una serenidad incomparable con un dinamismo y una agilidad notables.

Interior

El interior del Ghost Series II destaca por una artesanía que combina elementos analógicos y digitales. Dentro del nuevo panel de vidrio que abarca de un pilar al otro, la pantalla de información central incorpora el avanzado sistema operativo de la marca. El Illuminated Fascia, una característica de alta artesanía que debutó en 2020, ahora se inspira en el cielo nocturno. Su diseño captura el movimiento de las estrellas en un patrón que recuerda la fotografía celeste de larga exposición.

Los clientes pueden personalizar este detalle en colaboración con los diseñadores del programa Bespoke de Rolls-Royce. Los materiales utilizados, como el Grey Stained Ash, mezclan tradición e innovación, ofreciendo texturas únicas. Para que nos hagamos una idea de lo trabajado, estudiado y cuidado que está cada detalle en un Rolls Royce, durante un viaje de investigación, los miembros del equipo de diseño de Rolls-Royce visitaron Le Jardin des Méditerranées en la Costa Azul, vecino de la antigua residencia de invierno de Sir Henry Royce, Villa Mimosa.

Una de las características que definen el jardín botánico es un extenso bosque de bambú, que Sir Henry habría visto, y que inspiró este innovador tejido. El tejido de sarga está bordado con un gráfico “Duality”, una interpretación abstracta de la R inicial entrelazada de los nombres de los fundadores de la marca. En otra alusión a la Riviera Francesa, el diseño hace alusión a las líneas de cuerdas entrelazadas que se encuentran en los yates de vela.

La creación de un interior completo en sarga Duality es un proceso sumamente complejo que incorpora hasta 2,2 millones de puntadas, 18 kilómetros de hilo y puede llevar 20 horas completarlo. Cada panel se prepara individualmente antes de cortarlo utilizando un láser especialmente desarrollado que sella los bordes para evitar que los hilos individuales se suelten. Una vez que todos los paneles se colocan y cosen cuidadosamente para crear un conjunto sin costuras, se utilizan para tapizar los asientos. El tejido de sarga de base está disponible en tres colores (lila, chocolate y negro) y el hilo está disponible en 51 tonos diferentes, lo que permite a los clientes adaptar su diseño según su personalidad, creando un efecto de contraste audaz o un monocromo sutil.

Definitivamente el Ghost ha capturado el espíritu de la era Goodwood de Rolls-Royce, definida por el deseo de los clientes de expresar su sofisticación a través de encargos a medida cada vez más complejos y diversos.

Black Badge Ghost Series II: la cara rebelde del ghost

Rolls-Royce revolucionó su gama con el lanzamiento de la familia Black Badge, una línea pensada para atraer a un público más joven y con un estilo propio. Ahora nos sorprende con el atrevido Black Badge Ghost Series II, la versión más deportiva del Ghost Series II.

Estos modelos, aunque conservan la elegancia característica de la marca, destacan por un diseño más atrevido, donde el negro se convierte en el protagonista absoluto, representando poder y exclusividad. Conservando el tratamiento de cromo negro que define la serie Black Badge, donde elementos icónicos como el Spirit of Ecstasy, la rejilla Pantheon y el distintivo lateral ‘Badge of Honour’ son oscurecidos.

La declaración exterior más impactante de este coche son sus llantas forjadas de 22 pulgadas parcialmente pulidas y de siete radios. Todo el diseño se focaliza en proyectar la complejidad y las diferencias mecánicas de su legendario motor V12, que se presenta en una configuración de alta potencia, generando 29 CV más y 50 Nm adicionales de par en comparación con el Ghost Series II, lo que permite una experiencia de conducción más dinámica.

No sé si la palabra exacta es “deportivo”. Quizás no lo sea. Podemos irnos más a que conducirlo es algo más ligero. No tienes la sensación de estar circulando en un jet privado. Es un poquito más duro y más directo. Activando el botón ‘Low’, situado en la palanca de selección de marchas, se desbloquea todo el conjunto de tecnologías del Black Badge Ghost, que es cuando se intensifican sus características, sin comprometer la experiencia de conducción fluida característica de Rolls-Royce.

En esta nueva versión, cada detalle ha sido diseñado para elevar su carácter técnico, transformándolo en mucho más que un superdeportivo de lujo. Los acabados oscuros, junto con elementos de fibra de carbono técnica con un patrón tridimensional único, reflejan un equilibrio entre innovación y artesanía.

El tejido Duality Twill, elaborado con rayón de bambú, no solo aporta sostenibilidad, sino también un toque de sofisticación contemporánea que distingue al modelo. Una de las joyas más discretas, pero cargadas de simbolismo, es el Gabinete del Reloj: una vitrina que alberga un reloj analógico y una figura iluminada del Spirit of Ecstasy, un homenaje moderno a la tradición de Rolls-Royce.

Sin duda, este extraordinario automóvil continúa con el éxito abrumador de su predecesor, mientras aprovechan las incomparables capacidades Bespoke de Rolls-Royce y el creciente deseo de los clientes de la marca por disfrutar una expresión dramática del motor V12.

El V12 del Black Badge está ajustado para ofrecer más potencia y un carácter más agresivo, haciendo de este coche la versión más orientada al conductor de la gama Ghost.

Pocos son los afortunados del mundo que pueden pasar su día a día de pasajeros en un Rolls Royce, pero yo me acordaré toda la vida de que durante unas horas, fui uno de ellos. Se supone que en nuestra posición, por lo que realmente estamos aquí, es porque nos gusta conducir, pero he de decir que no está mal que te lleven de vez en cuando. Es como dormir la siesta en una nube, pero sabiendo que estás apoyado en algo que debajo lleva un V12, que no oyes, pero sabes que está ahí. Pequeños placeres de la vida.