Todos conocemos a alguien que conduce por ahí un poco acelerado, y con tendencia a insultar y a sacar el dedo a cualquier conductor que le fastidie. Y alguna vez se han llevado un susto, como cuando sale del Twingo un tipo gigante y tatuado con aspecto de instructor de full contact. Esto nunca les habría pasado con el conductor de un Dartz Prombron, porque hay que tenerlos bien puestos para meterse con el dueño de un coche así. Es un 4×4 de aspecto militar fabricado por la empresa Dartz, antes llamada Russo Baltique, con una larga tradición en vehículos blindados. El propietario de la compañía se llama Leonard Yankelovich y se enorgullece tanto de contar entre sus trabajadores con expertos en la fabricación de carros de combate como de que su marca comenzara a fabricar coches en 1908 en Riga (Letonia), “parte del Imperio Ruso”, según sus palabras.
Como es fácil imaginar el Prombrom/Kombat está pensado para oligarcas malencarados con muchos enemigos, el vehículo perfecto para el villano entre los villanos, el adversario de James Bond. Algunos incluso –la versión Black Russian en negro mate– llevan la estrella de cinco puntas, nostálgica de la antigua URSS, en el frontal. Pero por dentro tiene mucho del enemigo capitalista, concretamente de origen General Motors, como el motor GM Vortec V8 de 8 litros y 400 CV, el sistema de tracción total, el cambio automático Allison o la suspensión. Desde la marca aseguran que puede alcanzar 240 km/h, aunque luego habrá que frenarlo. El único “coche” similar que se comercializa actualmente es el Conquest Knight XV, otro enorme 4×4 blindado de fabricación canadiense. No hemos podido conducir el Dartz pero imaginamos que será algo parecido a llevar un enorme pick up “made in USA” cargado a tope. Hay dos versiones de carrocería, el Kapsula-Kupe con tres puertas –para prevenir secuestros, según la propia marca– y otra con 30 centímetros más de batalla y cuatro puertas.
El blindaje ofrece protección de grado B7, el más alto disponible en el mercado, y que soporta por ejemplo el fuego de un fusil de asalto AK-47 o de un rifle de alta potencia. Según el fabricante usan una mezcla de aceros de la máxima resistencia y materiales cerámicos, y el nivel de protección que ofrece no puede ser igualado por ningún otro vehículo, incluyendo el Hummer americano. Los cristales miden hasta 70 mm de grosor, y en el centro del volante puede llevar el escudo de los zares rusos. El interior es muy lujoso e incorpora climatizador, un avanzado sistema de comunicaciones o mucho cuero y madera. Por supuesto es completamente personalizable y hay quien pide incrustaciones de oro o cosas peores. Según los requerimientos del cliente el precio puede superar el millón de euros, y entre los ilustres dueños de uno de estos juguetes está el músico Kanye West, marido de la omnipresente Kim Kardashian. La marca está preparando además un nuevo modelo llamado “Black Shark” sobre la base mecánica de un Mercedes Clase G65 AMG, cuyo V12 biturbo podría llegar a los 1.500 CV.