La isla de Cerdeña ofrece un escenario de ensueño para probar cualquier coche, pero cuando las llaves que tengo en la mano pertenecen al nuevo Aston Martin Vanquish, el paisaje pasa a ser algo más que telón de fondo. Es un campo de pruebas perfecto para un gran turismo de alta gama que promete fusionar potencia, tecnología y lujo con la esencia clásica de la marca británica.
Primeras impresiones: diseño y presencia
El Vanquish es imponente. A simple vista, parece más largo, más musculoso y más agresivo que cualquier otro Aston reciente, pero con una elegancia innata que no permite que las líneas afiladas ni las enormes entradas de aire roben protagonismo. Las ruedas de 21 pulgadas, calzadas con neumáticos de perfil generoso, aseguran que el coche no solo luzca bien, sino que también sea funcional en los estrechos caminos rurales de la isla, donde más de un Fiat Panda comparte protagonismo.
Abrir las puertas estilo cisne es casi un espectáculo en sí mismo, y el interior cumple con la promesa visual del exterior: cuero exquisito, fibra de carbono profunda y controles bien diseñados que equilibran la tecnología moderna con la practicidad. Aquí, todo invita a conducir, no solo a admirar.
En marcha: el motor como protagonista
El corazón del Vanquish es su V12 biturbo de 5.2 litros, un motor que genera 824 Cv y 738 Nm. Los números son impresionantes, pero más allá de las cifras, lo que destaca es la forma en que el motor entrega su potencia. Aunque la segunda marcha no tiene el golpe visceral de otros competidores italianos, es en tercera donde todo cobra sentido. El sistema de control de tracción entra en acción para domar el enorme par, y el coche se siente completamente conectado, como si cada elemento mecánico trabajara en armonía.
El sonido del motor también es digno de mención. No tiene la ferocidad estridente de un Ferrari o un Lamborghini, pero su tono barítono, que oscila entre suave y contundente según el rango de revoluciones, le da una personalidad única. Es menos un grito y más un canto refinado, ideal para largas travesías donde no siempre se quiere estar al límite.
Dinámica de conducción: tecnología y equilibrio
Las carreteras de Cerdeña, con sus curvas de rally y rectas ocasionales, ponen a prueba no solo la potencia del Vanquish, sino también su agilidad. Aquí es donde el sistema de control de estabilidad predictivo de Aston brilla. Al anticipar el deslizamiento y ajustar el frenado, el diferencial y la suspensión, el coche mantiene un comportamiento predecible y controlado, incluso cuando las condiciones se complican.
A diferencia de rivales con dirección en las cuatro ruedas, como el Ferrari 812 Competizione, el Vanquish utiliza una estrategia más discreta. En curvas, aplica presión adicional a la rueda trasera interior para mejorar el giro. El resultado es eficaz, aunque no del todo natural. Sin embargo, este enfoque funciona bien con el carácter del coche: más deportivo que un DB12, pero no tan centrado en la agilidad extrema como un Vantage.
Confort y usabilidad: un GT clásico
En las carreteras abiertas y las autopistas de la isla, el Vanquish muestra su verdadera vocación como gran turismo. La calidad de conducción es notablemente refinada, con una suspensión que absorbe bien las irregularidades sin comprometer la conexión con la carretera. El espacio de equipaje, aunque limitado, es suficiente para dos personas, y detalles como el equipaje a medida refuerzan su carácter práctico dentro del segmento.
En términos de ergonomía, Aston ha logrado un equilibrio acertado. Los controles físicos para funciones clave, como la suspensión y el escape, son un alivio frente a las pantallas táctiles omnipresentes de otros fabricantes. Sin embargo, los paneles táctiles en el volante todavía tienen margen de mejora.
Conclusión: un coche para la carretera abierta
El Aston Martin Vanquish redefine lo que significa ser un gran turismo moderno. Su combinación de potencia, tecnología y lujo lo posiciona como una opción única frente a rivales italianos más ruidosos o alemanes más clínicos. En Cerdeña, quedó claro que este coche no busca simplemente acelerar el pulso del conductor, sino también ofrecer una experiencia que equilibre emoción y confort.
A medida que regresaba al punto de partida en Porto Cervo, con las colinas sardas bañadas por la luz del atardecer, una cosa era segura: el Vanquish es un GT que no solo conquista carreteras, sino también la imaginación. Un compañero perfecto para viajes que merecen ser recordados.