Bugatti ha vuelto a demostrar que el lujo automovilístico no se mide únicamente en cifras de potencia o velocidad, sino también en el valor de la exclusividad y el arte de la personalización. Con este espíritu nace el “Programme Solitaire”, una nueva iniciativa que lleva el concepto de ‘a medida’ a un nivel superior.
Su primera creación, el Bugatti Brouillard, encarna esta filosofía con un coupé que une herencia, artesanía y emoción en una obra única. Su debut en Pebble Beach, uno de los escenarios más prestigiosos del mundo, confirma a este automóvil como una pieza destinada a trascender.

El nacimiento del Programme Solitaire
El “Programme Solitaire” se presenta como una evolución natural del ya célebre ‘Sur Mesure’, la división de personalización de Bugatti. Pero Solitaire va más allá: su propósito es la creación de vehículos absolutamente únicos, ‘one of one’, concebidos en estrecha colaboración con clientes cuya pasión trasciende la simple posesión de un automóvil.
Bugatti producirá como máximo dos piezas al año dentro de este programa, lo que asegura una atención artesanal sin precedentes. Inspirado en las raíces de la empresa, cuando Jean Bugatti llevó el diseño in-house para dar forma a iconos como el Type 57 SC Atlantic, Solitaire recupera aquella filosofía de exclusividad extrema.
Cada proyecto es una reinterpretación libre de los códigos estéticos de la marca, siempre con un compromiso absoluto con la perfección técnica y el rendimiento. En este sentido, Hendrik Malinowski, Director General de Bugatti, destacó durante la presentación: “El Programme Solitaire nos permite explorar auténticamente las visiones únicas de nuestros clientes.
Cada creación será un objeto de arte irrepetible, sin comprometer jamás el rendimiento, la calidad ni el diseño. Brouillard representa el comienzo de un nuevo capítulo donde la artesanía se eleva a su máxima expresión”.

Un diseño inspirado en la naturaleza
Por su parte, Frank Heyl, Director de Diseño de Bugatti, subrayó el carácter escultórico del Brouillard: “Las líneas del coche buscan emular la musculatura de un caballo de pura sangre. En lugar de ángulos agresivos, hemos trabajado superficies que respiran como tendones bajo la piel.
La verdadera complejidad es hacer que algo tan sofisticado se perciba con una aparente simplicidad.” No obstante, el nombre Brouillard rinde tributo al caballo favorito de Ettore Bugatti, un pura sangre de pelaje blanco moteado que encarnaba la belleza, la fuerza y la elegancia que inspiraron al fundador.

En su silueta y proporciones, los diseñadores han buscado replicar esa musculatura orgánica y fluida, absteniéndose de líneas agudas en favor de superficies escultóricas y reflejos dinámicos. El coupé se asienta sobre la plataforma más evolucionada del mítico motor W16 con cuatro turbos, con 1.600 CV, la misma que emplea el Mistral y el Chiron y que representa la culminación de dos décadas de perfeccionamiento.
La aerodinámica ha sido integrada en la propia escultura del coche: tomas de aire canalizan flujos hacia los radiadores, un alerón trasero fijo tipo ‘ducktail’ garantiza el equilibrio y un difusor posterior maximiza la eficiencia sin romper la pureza del diseño.

Su diseño toma como punto de partida al Mistral, pero aporta elementos únicos como líneas Led horizontales en el frontal, paragolpes oscurecido y una trasera dominada por la inscripción “Bugatti” iluminada entre pilotos en forma de flecha, rematada por un alerón fijo tipo cola de pato.
Además, incorpora un techo fijo de cristal, lo que potencia la luminosidad interior y permite contemplar la característica espina central. El interior es un testimonio de la alta costura automovilística. Tejidos tartán hechos a medida en París conviven con fibra de carbono tintada en verde y aluminio mecanizado.
Debut en Pebble Beach y Monterey Car Week
El techo panorámico de cristal ofrece una sensación de catedral, mientras que el selector de marchas, tallado en aluminio macizo, encierra una escultura artesanal del propio Brouillard, el caballo. Cada detalle habla del vínculo entre el propietario, un apasionado coleccionista de la familia Bugatti, y la herencia cultural y artística de la marca.
La puesta de largo del Brouillard ha tenido lugar durante la Monterey Car Week, con un estreno mundial en “The Quail, A Motorsports Gathering”, uno de los eventos más exclusivos del planeta.
En los prados de Carmel Valley, entre montañas y coleccionistas de élite, el Brouillard se presentó como un ejemplo supremo del arte del coachbuilding moderno. Su silueta majestuosa y su interior minuciosamente elaborado captaron la atención de los asistentes, que vieron en él no solo un automóvil, sino una obra de arte viva.
Pero la cosa no terminó aquí, porque el debut no se limitó a The Quail. El Brouillard fue trasladado después al “Le Domaine Bugatti”, un enclave privado que ofreció un marco íntimo para que clientes y amigos de la marca apreciaran de cerca cada detalle del coupé.

Este recorrido inaugural confirma la voluntad de Bugatti de convertir a Solitaire en un escaparate de creatividad sin límites, donde cada coche es un manifiesto artístico en movimiento. El Bugatti Brouillard no es un coche en el sentido convencional: es la materialización de un ideal artístico y emocional. Su potencia de 1.600 CV y su tecnología de vanguardia quedan al servicio de un relato más profundo: la unión entre tradición, pasión y artesanía.
Con Solitaire, Bugatti inaugura una nueva era de la personalización extrema, donde cada creación es irrepetible y donde la historia de la marca dialoga con los sueños de sus clientes. El nuevo Bugatti Brouillard abre este capítulo con un impacto tan nítido como su nombre evoca: una neblina cargada de belleza, misterio y fuerza.
Un caballo de metal y alma que, al galope en Pebble Beach, ha marcado un antes y un después en la historia de Molsheim. Aunque Bugatti no ha revelado el precio oficial, las estimaciones apuntan a más de 30 millones de dólares, lo que supera los 26 millones de euros al cambio actual.
Los más exclusivos de Bugatti
LE VOITURE NOIRE (1 UNIDAD) 2019

Este modelo único cuesta 11 millones de euros y homenajea con su nombre al 57 SC Atlantic de Jean Bugatti, que permanece perdido desde 1938. Hasta la llegada del Brouillard, fue el primer Bugatti de la época moderna con una carrocería única.
CENTODIECI (10 UNIDADES) 2020

Este coche es un homenaje al EB110 de los años 90 –cuando Bugatti se instaló en Italia– y emplea la base mecánica del Chiron, con el motor 8.0 W16 con cuatro turbos y 1.600 CV. Respecto a los compradores la marca mantiene la discreción de siempre, aunque Cristiano Ronaldo es, sin duda, uno de ellos.
DIVO (40 UNIDADES) 2018

Con 1.500 CV de su W16, adopta un enfoque más radical que el Chiron, priorizando aerodinámica y la agilidad en las curvas cerradas. Solo se fabricaron 40 unidades, a unos 5 millones de euros cada una, todas vendidas antes de su estreno. Nosotros tuvimos la suerte de ver uno circulando por Marbella.
MISTRAL (99 UNIDADES) 2022

La versión roadster del Chiron puso fin a la gloriosa mecánica W16… hasta la llegada del Brouillard. En su desarrollo participó el propio Mate Rimac, CEO de la marca desde noviembre de 2021. Cada unidad también costaba unos cinco millones de euros.