¿Qué habrá pensado Elvis desde su escondite en Argentina cuando haya visto su BMW? Llevaba desde 1968 cubierto de polvo en un almacén de calabazas en el sur de San Francisco, pero los especialistas de la marca alemana lograron encontrar su BMW 507.
Todo el mundo sabe que los favoritos de Elvis eran los Cadillac, y el primero que se compró fue de segunda mano. Años después recordaría: “el primer día los aparqué delante del hotel y estuve toda la noche mirándolo, sin pegar ojo”. El músico ingresó en el Ejército para hacer el servicio militar en enero de 1958. Fue destinado a Alemania, y en cuanto pudo se compró un coche acorde con su estatus. El 507 se produjo entre 1955 y 1959. Solo se fabricaron 254 unidades y era un automóvil muy caro; sus 26.500 marcos (unos 6.300 dólares) suponían más del doble de lo que costaba un Jaguar XK 140. Hoy los 507 cambian de manos por unos dos millones de euros.
El coche de Elvis salió de la fábrica el 13 de septiembre de 1957 con el número de chasis 70079. Se usó para pruebas con la prensa y más tarde el piloto Hans Stuck ganó con él varias subidas en cuesta. Tras montarle una nueva caja de cambios y ser revisado lo enviaron a un concesionario de Francfort en otoño de 1958. Fue entonces cuando Elvis lo compró. El cantante lo usaba para ir desde su casa a la base de Friedberg, y con frecuencia las fans decoraban su coches con besos o mensajes escritos en carmín. Quizá fue eso lo que le llevó a repintarlo en rojo.
Viaja a EEUU
En marzo de 1960 Elvis terminó la “mili” y se llevó su coche, aunque a los pocos meses lo dejó en un concesionario Chrysler de Nueva York. Según BMW Classic, hasta hace poco ni siquiera estaban seguros de que Elvis hubiera embarcado el BMW hacia América. Solo se convencieron de su procedencia cuando encontraron el documento del seguro, que incluía el número de chasis junto al nombre de Elvis Presley. El concesionario vendió el 507 a un disc jockey que le cambió el V8 de 3.2 litros por un Chevrolet V8 más potente. Con él consiguió ganar una carrera en Daytona Beach, antes de venderlo en 1963. Pasó por dos propietarios más hasta que en 1968 fue adquirido por el ingeniero Jack Castor. Este lo usó durante varios años, hasta que decidió guardarlo a la espera de poder restaurarlo.
El hallazgo
Muchos años después, Castor leyó un artículo en la revista “Bimmer” (especializada en BMW) en el que hablaban del coche de Elvis, y contactó con la autora. Castor sabía que su coche había competido con Stuck al volante, pero no se creía mucho lo de Elvis. La periodista fue invitada por Jack Castor a ver el coche, que guardaba junto a otro modelos veteranos. Tras confirmarse que ese 507 era el 70079, los responsables de BMW Group Classic se pusieron en contacto con Castor, quien no estaba interesado en venderlo.
Fueron necesarios varios años de contactos para llegar a un acuerdo. El coche viajó a Alemania en la primavera de 2014 y Castor falleció poco después, en noviembre de 2014, a los 77 años. De este modo BMW Group ya posee lo que algunos han llamado “el santo grial” de la marca germana, el más valioso junto al 328 que ganó la Mille Miglia en 1940 y que compraron en 2002.
La restauración
Los restauradores no han tenido ninguna limitación en cuanto a costes. Solo en desmontarlo emplearon una semana, y la carrocería de aluminio va montada sobre la plataforma de acero. Muchos de los componentes tuvieron que ser fabricados desde cero porque ya no existen como recambios. Para ello se combinó artesanía con la última tecnología, como una impresora 3D. En cuanto al motor que había volado, fue fabricado nuevo con piezas de recambio.
La pintura blanca original se llama Feather White, y ni la capa de imprimación ni las posteriores han sido aplicada con los métodos modernos sino los de hace sesenta años. Tras mostrarlo por primera vez el pasado 21 de agosto en California, quienes sí podrán admirarlo serán los visitantes del BMW Museum en Munich.