Después del éxito del Valkyrie (1.150 CV) y una vez finalizada su producción de 235 unidades, llega y de una forma más moderada, el Valhalla (1.079 CV), un superdeportivo más civilizado y “mejor vestido” que competirá directamente con el Ferrari SF90 y el Lamborghini Revuelto.
El Valhalla marca un antes y un después en la historia de Aston Martin. Mientras que históricamente sus modelos han sido cupés Gran Turismo y deportivos de motor delantero (el Valkyrie de producción limitada está diseñado sobre todo como un aparato para circuitos), este es un superdeportivo de motor central destinado a competir cara a cara con Ferrari. Y lo hace con un diseño que no pasa desapercibido. Bajo la carrocería, el Valhalla cuenta con una estructura de fibra de carbono con subchasis de aluminio delante y detrás que, suponemos, será muy parecida a la del Valkyrie. Respecto al propulsor, emplea un V8 híbrido de 4.0 litros acompañado por tres motores eléctricos. Además, incorpora un avanzado sistema de aerodinámica activa para mantener el coche pegado al asfalto a altas velocidades. Su producción comenzará en 2025 y estará limitada a solo 999 unidades.
En el frontal destaca una parrilla ancha e imponente típica de la marca, similar a la del nuevo Vantage, mientras que los faros afilados refuerzan esa estética agresiva. Los pasos de rueda ensanchados aportan una postura musculosa y decidida. Las taloneras de fibra de carbono no solo aportan un toque estético, sino que también mejoran la aerodinámica, empujando el coche contra el suelo a altas velocidades. Además, los enormes canales de aire laterales dirigen el flujo hacia el motor.
En la parte trasera destaca el alerón de grandes dimensiones y los difusores. Se trata de un alerón activo que se ajusta en tiempo real para maximizar la carga aerodinámica, generando hasta 600 kg de apoyo en combinación con el resto de los elementos aerodinámicos activos.
El corazón del Valhalla es un motor V8 biturbo de 4.0 litros que, por sí solo, genera 828 CV. Está combinado con tres motores eléctricos: uno integrado en la caja de cambios (para aumentar la respuesta entre cambios de marcha) y dos más que impulsan las ruedas delanteras. Este concepto técnico es casi idéntico al que emplean el Ferrari SF90 y el Lamborghini Revuelto, aunque este último lleva un V12. El Valhalla entrega una potencia total de 1.079 CV y 1.100 Nm de par. Asociado a una nueva caja de cambios de doble embrague y ocho velocidades, acelera de 0 a 100 km/h en solo 2,5 segundos, igualando al Revuelto pero quedando medio segundo por detrás del Ferrari SF90. En modo totalmente eléctrico, el Valhalla ofrece una autonomía inferior a 15 kilómetros, aunque puede alcanzar los 130 km/h sin necesidad de utilizar el motor térmico. Como en el Valkyrie, no hay marcha atrás como tal en la caja de cambios. Del movimiento del vehículo marcha atrás se encargan los motores eléctricos del eje delantero.
Diseñado para rendir tanto en carretera como en circuito, el Valhalla cuenta con una suspensión de precisión milimétrica. Su estructura está fabricada en fibra de carbono para maximizar la rigidez y reducir el peso, dejando la báscula en unos impresionantes 1.655 kg, algo destacable para un híbrido. También incorpora una suspensión tipo pushrod inspirada en la Fórmula 1, que no solo mejora la aerodinámica gracias a la disposición de los muelles, sino que también incrementa la agilidad del coche. Además, el eje delantero, impulsado por los motores eléctricos, está equipado con un sistema de vectorización de par. Este mecanismo envía potencia a la rueda con mayor agarre para optimizar el paso por curva. El sistema electrónico de control integrado de la dinámica (IVC: Integrated Vehicle Dynamics Control) supervisa la suspensión, los frenos, la dirección, la aerodinámica activa y los sistemas de propulsión, para lograr un rendimiento y una conexión con el conductor óptimos en cualquier situación. Trabajando en armonía con los cuatro modos de conducción seleccionables, el IVC ajusta la respuesta y el carácter dinámico del Valhalla según las demandas del conductor.
En el interior, el Valhalla deja claro que no es un deportivo cualquiera. Su habitáculo está diseñado pensando en el conductor y utiliza materiales exóticos para reforzar su carácter exclusivo. Los asientos de carbono, de una sola pieza, están diseñados para sujetar al conductor durante las maniobras más exigentes en pista. La posición de conducción permite estirar las piernas directamente hacia adelante, y el volante rectangular está inspirado en la Fórmula 1. Cuenta con un par de pantallas: una para la información de conducción y otra para el sistema de infoentretenimiento en el centro. Fuera de esto, el diseño es minimalista, con abundante fibra de carbono expuesta para recordarte que estás al volante de algo muy especial.
Para Adrian Hallmark, CEO de Aston Martin, el Valhalla expresa la visión de futuro de la marca de ultralujo: “Hace cuatro años emprendimos un viaje para transformar la marca Aston Martin, tomando sus históricas e inigualables credenciales de lujo y añadiendo tecnología de vanguardia inspirada en la F1 y prestaciones líderes en su clase, con el objetivo de competir con las marcas más exitosas del mundo. Con la nueva generación de deportivos lanzada con gran éxito, ahora añadimos a la gama el primer Aston Martin de producción en serie con motor central, el supercar definitivo. Sobre el papel y en la pista, el Valhalla es el superdeportivo más avanzado a nivel tecnológico y también centrado en el conductor, con unas prestaciones de auténtico hypercar. Por otro lado, en carretera es tan manejable y disfrutable como cualquier otro Aston Martin. Una propuesta única, diseñada para ser el producto más elegante y emocionante del mercado”.
El nuevo Aston Martin Valhalla saldrá a la venta a mediados de 2025, y será mejor darse prisa si quieres hacerte con una unidad. Aunque los precios aún no han sido confirmados, se espera que esta joya de la ingeniería ronde los 800.000 euros.
