Durante los dos años que el Bentley Mulsanne ha estado al servicio de la Reina, ha sido el encargado de transportar a la monarca -entre otras ocasiones- a sus celebraciones del Diamond Jubilee y a una visita exclusiva al número 10 de Downing Street, donde asistió a su primera reunión de gabinete con el primer ministro, David Cameron, al que dio la bienvenida a su llegada al gobierno inglés. La limusina fue preparada y registrada por Bentley en su sede de Crewe para uso exclusivo de la reina Isabel II.
Entre las características especiales, se incluyen sus Royal Wheels, los paneles de las puertas y sus refinados espejos en la parte trasera. Asimismo, en todos los asientos se vislumbra el bordado de Bentley y el coche incorpora opcionalmente llantas de aleación clásica de 21 pulgadas. La parte interior cuenta con un bordado completamente de cuero, aire acondicionado, sistema de información para el conductor y el sistema de navegación por satélite. El navegador incluye como destino «casa» el palacio Windsor.
El Mulsanne está propulsado por un gran motor de 6,75 litros con más de 500CV y es capaz de alcanzar los 100 Km/h en poco más de 5 segundos. El Bentley es capaz de alcanzar una velocidad máxima de 296 Km/h. No sabemos si el afortunado chófer pudo probarlo a fondo yendo a uno de sus numerosos compromisos urgentes.
Este Bentley Mulsanne con carácter “real” ha cubierto menos de 8.000 kilómetros durante sus dos años al servicio de la reina Elizabeth y ahora se ofrece en perfecto estado habiendo cubierto un total de 9380 kilómetros.
Los potenciales compradores pueden recoger un pedazo único de la historia del automóvil por menos de 250.000€ en el año en el que la propia Reina celebra su 90 cumpleaños. El coche está a la venta por un concesionario establecido en Bramley, Surrey (United Kingdom).