A muchos les sorprenderá, o incluso les escandalizará, que Bentley vaya a construir un todoterreno. Por supuesto que será fantástico, correrá como un misil, frenará como un deportivo y tendrá todo el lujo de un salón victoriano, pero a muchos no les gustará que un Bentley tenga un portón trasero y que su principal destino sea Estados Unidos, donde lo llamarán SUV (Sport Utility Vehicle). El SUV es un segmento en plena expansión. Por supuesto, no porque los clientes necesiten vadear un río pero en muchos lugares del mundo, desde Moscú a Dubai, de Miami a Los Ángeles, un gran todoterreno es el vehículo de lujo preferido, como lo prueba el éxito de modelos como el Cadillac Escalade, el Range Rover, Audi Q7 y los Mercedes ML. También que Jaguar, Lamborghini o Aston Martin quieran subirse a este tren.
En un principio se barajó la idea de construir el Bentayga en Bratislava. Desde una perspectiva de racionalización productiva, tenía todo el sentido ya que todos los otros grandes SUV del grupo se construyen allí, con una fábrica muy moderna y un precio de mano de obra que es la mitad que en Reino. Hubiera sido el primer Bentley fabricado fuera de Gran Bretaña, pero quizás les habrá parecido excesivo romper dos tradiciones seculares en un solo modelo y el sentido común prevaleció. Al final, se fabricará en la vieja planta británica de Crewe. Y el coche merece la pena. El primer prototipo se presentó en Ginebra hace tres años como el concepto EXP9F pero no tuvo gran acogida. Afortunadamente, la versión de producción es mucho más atractiva. Es uno de los pocos SUV con motor de 12 cilindros, suficientes para producir 600 CV y 900 Nm de par gracias a su doble turbo. El motor W12 es completamente nuevo, más ligero y eficiente que el anterior W12.
El nuevo se ensambla en Crewe y es uno de los pilares de la supremacía del Bentley Bentayga. Para poder apreciar en su totalidad cómo se consigue este acabado, hay que adentrarse en los viejos edificios de ladrillos de Crewe, completamente diferentes de una aséptica fábrica moderna convencional. Allí, donde se fabricaron los motores Merlin de 12 cilindros para los aviones de la Segunda Guerra Mundial y se han ensamblado numerosas generaciones de elegantes Rolls Royce y Bentley, se producen ahora los Bentayga. Las instalaciones incluyen secciones para la tapicería de cuero, la madera, el motor W12, la pintura y el ensamblaje final. El área de cuero y madera dista muchísimo del aspecto de una fábrica normal.
Cada Bentayga usa 14 pieles completas provenientes de toros del sur de Alemania. Se emplean 5 horas para coser a mano el volante y 37 horas para los asientos. Si bien los procesos de producción no se alejan de lo habitual en Bentley, el segmento al que se dirige sí lo hace. Aun así, la marca asegura que sus prestaciones fuera del asfalto serán muy buenas. Cuenta con un control llamado Drive Dynamics con ocho opciones para conseguir el mejor rendimiento tanto en carretera como fuera de ella. Para esta última situación cuenta con cuatro programas para arena, barro/roderas, tierra y nieve/hierba.
¿Reúne el Bentley Bentayga lo mejor de todos los mundos? Pues realmente parece que sí. Como berlina de lujo, nada le va a superar. En prestaciones en línea recta casi ninguno. Solo en aptitudes deportivas o en situaciones fuera de carretera extremas puede verse superado por algunos rivales que, por lo otro lado, están muy limitados en otras facetas. El Bentley Bentayga, con su mezcla de eficiencia tecnológica alemana y lujo artesanal británico, se sitúa en la cúspide de la opulencia, prestaciones y, sorprendentemente, polivalencia.