Aston Martin DB11: No hacen falta alerones

«¡Un nuevo Aston! ¡Un Aston, Aston!» Así gritaba el pequeño que reparte los periódicos con las noticias del día. Pero era demasiado tarde. La gente había oído hablar de eso antes. No les va a convencer una consola nueva y un puñado de caballos más, y por eso todos fueron a los nuevos Mercedes AMG y Bentley, dejando a Aston marchitarse y esperando en vano a que apareciese la salvación por algún sitio. Todo hacia indicar que era el fin.

Y se quedó muy cerca. De hecho, si leéis los informes financieros del año pasado, cuando Aston reportó una triplicación de sus pérdidas y el nuevo jefe, Andy Palmer, dejó marchar a 300 empleados, entenderíais bien porque el final estaba tan cerca. Pero lo cierto es que eso es el pasado. Ahora la firma Aston Martin solo puede ir hacia arriba. Con una buena estrategia y un duro trabajo, tenemos aquí ya el primer fruto del esfuerzo y el saber hacer inglés.

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Es el primer modelo que es totalmente nuevo y también el primero que se producirá en serie después de 10 años. Ya tenemos un nuevo DB para este año, y tendremos un Vantage para el año que viene. Aston está luchando mucho para volver a ser una referencia en el mundo de los deportivos. El Aston Martin DB11 es algo nuevo, que no habíamos visto antes, y ya está aquí.

La plataforma del Aston Martin DB11 es una estructura de aluminio totalmente nueva, y en las aletas podemos ver unas discretas insignias cromadas en las que se lee “V12”. Y lo mejor de todo es que estos cilindros están ahora sobrealimentados por un par de turbocompresores. ¿Esto tiene que ser temido o agasajado? Pues yo creo que lo segundo, ya que el sonido que se consigue es fabuloso.

La primera impresión al pulsar el botón de encendido es especialmente buena. Su rugido es impresionante. Pone la piel de gallina a cualquiera escuchar ese rugido ronco capaz de despertar a todo un vecindario en medio de la noche. Podría estar muchas horas encendiendo y apagando el coche. Y claro, esto tiene una explicación. Meter un motor V12 5.2 sobrealimentado de 608 CV es algo que haces para hacer ruido.

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Con todo este arsenal de potencia, el Aston Martin DB11 es capaz de hacer el 0 a 100 km/h en 3,9 segundos y alcanza los 322 km/h de velocidad máxima gracias, entre otras cosas, a la buena gestión de su transmisión ZF de ocho velocidades. Con estos números, creo que podemos empezar a llamarle “superdeportivo”. El viejo DB9 hacía el 0 a 100 km/h en 4,6 segundos y el Vanquish es una décima más lento.

Y si queréis saber más, tenéis que acercaros al quiosco y comprar el número 115 de CAR, que no tiene desperdicio o suscribirte a la edición impresa aquí o a la digital aquí.