Alain Delon, un hombre dedicado al cine y enamorado de los coches

Tras la muerte de Jean Paul Belmondo en 2021, Delon era el último representante de la edad de oro del cine francés. Nuestro protagonista era íntimo de Belmondo, y a ambos les unía la pasión por la vida, las mujeres, el boxeo y los Ferrari. Los dos se subieron a un coche de Maranello en cuanto pudieron permitírselo, y Alain compró su 250 GT California en 1963. En las imágenes de la época, el joven se nos antoja como un James Dean galo que, en lugar del Porsche 550 Spyder, eligió el descapotable italiano.


Alain Delon, un hombre dedicado al cine y enamorado de los coches


El actor nació en Sceaux, al sur de París en 1935 y, cuando sus padres se separaron pocos años después, comenzaría una triste infancia salpicada de turnos de custodia, internados y casas de acogida. Siempre conflictivo, fue expulsado de muchos de ellos y esto dio forma a una personalidad rebelde e impetuosa. Fue una complicada peripecia vital que recuerda a la de Steve McQueen, otra leyenda del cine loco por los coches.


Alain sirvió en la Armada Francesa en Indochina y volvió a París con 21 años, para deambular por los bajos fondos y debutar en el cine un año después. Con su deslumbrante presencia y su carisma, rápidamente se metió al mundo del cine en el bolsillo. No obstante, Delon solía decir que era actor por accidente. Debutó en “When the woman gets confused”, de Yves Allégret (1957) y después trabajó con los mejores directores de la época. “A pleno sol”(1960), “Rocco y sus hermanos” (1960) y “El Gatopardo” (1963) le confirmaron como una estrella.


Dos años después rodó “El eclipse” con Monica Vitti y el gran Paco Rabal (1926-2001), quien también era muy aficionado a los coches (la cicatriz que marcaba su cara se la hizo en un accidente en 1963, al volante de un Mercedes 190 SL). La película “El Rolls-Royce amarillo” es de 1964, en “El Samurai” (1967) aparece al volante de un Citroën DS, y en 1969 trabajó en “La piscina” junto a Romy Schneider y Jane Birkin, conduciendo un Maserati Ghibli.


Delon fue el actor favorito de los directores del llamado cine polar francés (de género policíaco) y muchos espectadores le recuerdan en “Borsalino” (1970), en cuya primera escena aparece Delon saliendo de la cárcel. Su pareja en la película es Jean-Paul Belmondo, donde interpretan a dos gansters en la Marsella de los años 30.


Alain Delon


Como es fácil imaginar en un tipo guapo, famoso y algo pendenciero, su vida sentimental fue agitada. Conoció a Romy Schneider en 1958 cuando tenia 23 años y era un desconocido, mientras que ella, con 20, había protagonizado “Sisi Emperatriz”. Estuvo con la austriaca hasta que la dejó en 1963, si bien con los años diría que ella fue su gran amor. Su siguiente pareja seria fue Nathalie, la única mujer con la que se casó, y que le hizo padre en 1964 de su hijo Anthony. Cuatro años después el actor se enamoró de la actriz Mireille Darc, con la que convivió quince años.


Disfrutaba mucho asistiendo a los GP de Fórmula 1 y solía lucir un pin del cavallino que le regaló Enzo Ferrari


La incapacidad de ella para engendrar precipitó el fin de la pareja, y además Alain, como Julio Iglesias, era casi fiel en el amor. En su largo palmarés destacan celebridades como la cantante egipcia Dalida, la actriz Anne Parillaud (estuvo cinco años con ella, hasta 1986) o Nico, cantante de The Velvet Underground. El toque hispánico lo puso Bárbara Rey, con la que tuvo un affaire tras conocerse en Madrid mientras él rodaba “El zorro” (1974).


En 1987 Alain se enamoró de la modelo Rosalie Van Breemen, treinta y dos años menor. La joven le dio una hija (Anouchka, 1990, a la que adoraba) y un hijo (Alain Fabien, 1994). Rosalie le dejó después de quince años, y sobre ello Alain se expresó en una entrevista, sin rencor: “Soñé con eso toda mi vida. Son mi fuerza, mi equilibrio, mi parte indestructible. Y un día eso se esfumó (…) Es una cuestión generacional, Rosalie me dio sus mejores años y como contrapartida ella ahora quiere recuperar su vida”.


Alain Delon enamorado de los coches


A lo largo de los años el actor disfrutó de numerosos coches con estilo como un Mercedes 190 SL, un Citroën SM, un Range Rover de primera generación o un Mercedes 450 SEL 6.9 que le regaló Mansour Ojjeh.


Su último gran coche seguramente fue el Ferrari Testarossa que compró en 1989 y que vendió en subasta en 2013. Algunas fuentes le atribuyen también un Ferrari “Daytona” y un 300 SL “gullwing”, pero no hemos podido confirmarlo. Disfrutaba mucho asistiendo a los GP de Fórmula 1 (se definía como francés y ferrarista) y solía lucir un pin del cavallino que le regaló Enzo Ferrari. También le gustaban los rallyes y Le Mans, donde en 1980 su firma de perfumes patrocinó un Lancia Beta Montecarlo de Gr. 5.


Cuentan que nunca le faltaron contactos en la mafia marsellesa, y hace poco le incautaron decenas de armas para las que no tenía licencia. En el último periodo de su vida la izquierda y sus medios afines solían aprovechar cualquier excusa para criticarle, seguramente porque era de derechas, amigo de Sarkozy y simpatizante del Frente Nacional.


También le tachaban de machista y ególatra. Paradójicamente llevó a la pantalla, como director, varias novelas de Jean-Patrick Manchette, el escritor más izquierdista del cine polar. Delon no dudaba en expresar su nostalgia por la época de De Gaulle y en mostrarse contrario a la inmigración masiva hacia Francia.


Alain Delon


Sus enemigos reconocían que era un mito del cine “a pesar de su ideología y opiniones”, algo que no habrían dicho del actor si hubiera sido comunista. Naturalmente a Delon, un tipo que salió adelante solo desde niño y que fue a la guerra muy joven, todas esas críticas le traían sin cuidado.


Hombre con una personalidad melancólica y misteriosa, sus últimos años fueron tristes y, desde 2019, estaba impedido debido a un derrame cerebral. Vivía recluído en su finca de Douchy con sus queridos perros, aunque en 2021 acudió con muletas a un homenaje a su amigo Jean Paul Belmondo. Ha habido disputas entre sus tres hijos, y lo cierto es que se sentía de otro tiempo y odiaba el mundo actual: “Veo todo el tiempo criaturas realmente detestables.


Ni siquiera hay respeto por la palabra dada, solo el dinero es importante. Se que dejaré este mundo sin sentirme triste por ello”. Su amigo Pascal Jardin (1934-1980) escritor y guionista, dijo de él: “Tiene una mirada férrea sobre el mundo donde, en el fondo, vemos brillar las lágrimas de la primera infancia”.