Rolls-Royce Cullinan: un sueño al alcance de muy pocos

¿A quién le importa que el Rolls-Royce Cullinan haya sufrido algunos cambios? Pues a más personas de las que pensamos. Al fin y al cabo, la gente rica con gustos cuestionables lleva mucho tiempo entre nosotros. Pero la controvertida cuestión de lo que representa el Cullinan palidece ante la realidad de lo que es.


Es un automóvil que está muy bien hecho, en el que es encantador estar y que es completamente apasionante de conducir. Todo lo que tocas y hueles es exquisito. Todo se mueve con una fluidez bien amortiguada, desde la tapa del maletero y las rejillas de ventilación hasta el acelerador y el volante.


Rolls Royce Cullinan: no es un coche para todos


Los relajantes asientos traseros se ven realzados por la lujosa moqueta, el climatizador multirregulable y la sensación de que todo lo que te rodea está maravillosamente hecho. Además, este es uno de esos pocos vehículos limusina que también es divertido en la primera fila. Se conduce bien. Se conduce muy bien.


Prueba del Rolls-Royce Cullinan: el refinamiento de Rolls llega a un nuevo  dominio


Se mantiene tranquilo y cómodo en todo momento, a menos que intentes conducir un SUV de 2,7 toneladas y longitud Transit como si fuera un verdadero Porsche 911. Es cómodo para llevarlo todo el día, y esa conducción puede incluir algunas desviaciones fuera de los caminos trillados.


Hay disponible una versión Black Badge, con algunos cambios estéticos y más potencia que el V12 estándar de 571 CV y 850 Nm. En concreto son 29 CV, hasta los 600 CV y 50 Nm por unos 50.000 euros más. El Black Badge está muy bien hecho y no le falta un salpicadero de fibra de carbono, pero pensamos que lo que más atrae es su sonido.


Rolls Royce: un SUV con mucha fuerza


Los multimillonarios más jóvenes son atraídos por su escape, mucho más ruidoso, como los mosquitos a las lámparas que abundan en las terrazas veraniegas. No obstante, la verdadera fuerza del Cullinan –la razón por la que algunos lo preferirían incluso a un SUV tan bueno como un Bentley Bentayga– es su ambiente de ultra-ultra-lujo y la insignia.


El Rolls Royce Cullinan tiene un precio de medio millón de euros


Todo ello tiene un precio: medio millón de euros en algunos casos, aunque el precio de entrada teórico ronda los 330.000 euros. Por ese precio se obtiene el Rolls-Royce más alto, con el conocido motor V12 de 6.75 litros arropado por un bastidor de aluminio con una carrocería cuadrada.


Eso sí, ahora parece un poco menos cuadrado que antes, gracias al lavado de cara. En la parte delantera, la parrilla, las tomas de aire y las luces diurnas se han rediseñadode 23 pulgadas de diámetro, y la suspensión neumática se ha ajustado en consecuencia.


Los cambios del Rolls Royce Cullinan se encuentran en el interior


Los cambios más importantes se encuentran en el interior, que ahora cuenta con un salpicadero de cristal de montante a montante que unifica y ordena visualmente los instrumentos del conductor, la zona decorativa delante del acompañante y la pantalla táctil en el centro.


También hay un nuevo reloj analógico y, por primera vez en un Rolls de producción, el emblema del Espíritu del Éxtasis, que todavía se encuentra en el capó, también está al acecho en el interior. Puede parecer un cambio minúsculo, pero es indicativo del creciente espíritu lúdico de los equipos de diseño y tejidos de Rolls, que responden a la mayor juventud y diversidad de sus clientes.


El Rolls Royce Cullinan cuenta con una tapicería inusual


La tapicería, inusualmente para Rolls, no tiene por qué ser de cuero: también se ofrece una nueva alternativa a base de bambú. Y las opciones de color, por dentro y por fuera, son casi infinitas, desde los sombríos plateados y negros que se asocian a los Rolls-Royce clásicos hasta algunos tonos vigorosamente afrutados. En definitiva, no hay mejor automóvil para zambullirse en una comodidad gloriosa y llegar más fresco que cuando comenzó el viaje. En dos palabras: el nuevo Cullinan es enormemente impresionante.