Era la primera vez que íbamos a probar la última incorporación de Alfa. Y sin duda, ha sido muy especial. El circuito de Balocco, apodado como el Nürburgring italiano, nos recibía para hacer lo que haríamos en una carretera de montaña pero de manera totalmente segura y cerrada al tráfico.
Aunque no os voy a engañar, iban pasando las vueltas y me iba quedando con ganas de más a la vez que pensaba: “he venido a probar un eléctrico y no un Giulia Quadrifoglio”. Una prueba a los mandos de un Alfa siempre se disfruta, pero este producto es diferente a lo que tenían: un SUV compacto y eléctrico -aunque también tienen versión mild hybrid-.
Y súmale un plus, es la versión Veloce de 280 caballos que se pondrá a la venta a finales de este año. Nos lo habían avisado, heredaba todo lo bueno de la marca y no solo el nombre. Es más, mientras me tomaba un zumo antes de subirme al coche, el diseñador Alejandro Mesonero-Romanos me advirtió “este coche es muy rápido y divertido, estoy seguro de que te va a encantar”.
Un interior con el ADN más deportivo
En el interior todo resulta cómodo, desde los asientos en alcántara tipo bucket de Sabelt hasta conectarse al sistema de infoentretenimiento. Una vez dentro del circuito, compruebo lo ligero, estable y bien que apoya sus 1.590 kilos -con esta cifra se convierte en el más ligero de su segmento- en la entrada en curvas más cerradas. Excelente también la absorción que tiene de los defectos del asfalto.
Si realmente analizo sus datos sobre el papel, lleva los mismos caballos que el Giulia o el Stelvio tope de gama
Lo que sí comparte son los modos de conducción DNA. Con una batería de 54 kWh, esta versión tiene una autonomía de 334 km al ser más deportiva, 345 Nm de par y supera los 200 km/h. De esta manera, es capaz de llegar de 0 a 100 km/h en menos de 6 segundos.
Una buena opción para dar el salto a la electrificación
Si bien es cierto que en cuanto a consumos no pude sacar cifras reales por las condiciones de la prueba, que de hecho está pendiente de homologación, si algo tengo claro es que es un producto Alfa. Mantiene esa esencia deportiva y esas proporciones y diseño que hacen que se desmarque de cualquier comparación con sus rivales del mismo grupo.
Si el futuro es eléctrico, mi única petición es que hagan coches como este. Está claro que no es un superdeportivo, pero sí una muy buena opción para dar el salto al eléctrico. 47.500 euros cuesta el Veloce eléctrico, 38.500 euros el de 156 caballos y 29.000 euros el híbrido.