EL ROLLS PHANTOM V DE ELVIS PRESLEY

¿Cuanto pagarías por sentarte en el mismo Rolls Phantom en el que viajaba Elvis? Este coche se subastó el pasado mes de agosto en Monterey (california) por 315.000 euros. En la parte derecha del asiento trasero hay una gran raja, pero por supuesto a nadie se le ha ocurrido sustituir el tapizado que tocaba el Rey. Eso sería como meter la Sábana Santa en la lavadora…

Elvis fue el más grande y un gran apasionado del automóvil desde su niñez. Todo el mundo sabe que sus favoritos eran los Cadillac (compró más de 200 a lo largo de su vida), e incluso cuando no tenía dinero ni para una Coca-Cola le decía a sus amigos: “algún dia tendré un Cadillac”.

El Phantom V Touring Limousine lo compró para tenerlo en Los Angeles (su casa estaba en Memphis) y llevaba un motor V8 de 6.2 litros alimentado por dos carburadores SU, con lo que rendía unos 200 CV. Este motor se estrenó en 1959 en el Silver Cloud II y en el Bentley S2 sedán. El cambio era automático de cuatro marchas. La carrocería más común para la limusina de siete plazas era la fabricada por el carrocero propio de Rolls, H J Muliner Park Ward. Una alternativa era el diseño de James Young. La falta de chasis disponibles a finales de los 60 supuso el final de la compañía, pero este trabajo (diseño PV22) siempre ha sido muy valorado. Elvis pidió numerosas opciones como una radio Blaupunkt Koln, neumáticos Firestone con laterales blancos, elevalunas eléctricos en todas las puertas, micrófono o el aire acondicionado. En la reposabrazos del asiento trasero llevaba una tabla para escribir, un espejo y un cepillo para limpiar zapatos. También llevaba un juego de botella y vasos de cristal. El Rolls con el número de chasis 5LVA55 se pintó inicialmente el azul midnight con el interior gris, y luego Elvis prefirió pintarlo en azul claro metalizado. Al parecer las gallinas de su madre le habían estropeado la pintura… El cantante colaboró con muchas iniciativas de caridad, especialmente para ayudar a niños con deficiencias mentales. En 1968 cedió el coche para que fuera subastado por la organización SHARE, que lo subastó en el Santa Monica Civic Auditorium por 35.000 dólares. Al coche se le perdió el rastro durante los siguientes veinte años, hasta que su dueño hasta este año lo compró en una subasta en Londres.