911 Carrera y Carrera S: ¡Ahora Turbo!

Se llevaba rumoreando desde hace tiempo y al fin se ha confirmado: los 911 Carrera y Carrera S emplearán a partir de ahora motores seis cilindros bóxer 3.0 biturbo, en lugar de los 3.4 y 3.8 atmosféricos que llevaban hasta ahora. Esto supone un cambio crucial en la evolución de un deportivo que, a su vez, es el mejor ejemplo de evolución estética y técnica de la historia del automóvil. La potencia pasa de 350 a 370 CV en el Carrera y de 400 a 420 CV en el Carrera S, y el consumo se ha reducido hasta en 1 litro cada 100 km. Solo comparando las cifras de rendimiento del pasado y del presente seremos conscientes de lo que se ha mejorado: el primer Turbo, el 3.0 de 1974, rendía 260 CV con un consumo medio de 20,9 l/100 km, y además era algo complicado de conducir. El nuevo Carrera con motor 3.0 biturbo alcanza 370 CV y anuncia un consumo medio de 7,4 l/100 km. O sea, 42% más de potencia con menos de la mitad de combustible. Y si lo comparamos con un monstruo sagrado como un 959 de 1987, que en realidad era un “super-911” con tracción total, el nuevo sigue saliendo muy bien parado. Con su motor 2.8 biturbo el 959 alcanzaba 450 CV y pasaba de 0 a 100 km/h en 3,8 segundos, cuando el nuevo 911 Carrera S de 420 CV lo puede hacer casi igual, en 3,9 segundos. Y suponemos que será mucho más equilibrado, fácil de conducir y rápido en un circuito.

911 Carrera y Carrera S: ¡Ahora Turbo!

No es fácil distinguir a primera vista al 911 de 2016 (código interno 991/II). Por delante cambia sobre todo la forma de las entradas de aire en el faldón y los faros, y por detrás son nuevos los grupos ópticos y el paragolpes. El ingeniero jefe de motores nos comentó que ha sido un gran desafío dejar la parte trasera limpia, sin entradas de aire adicionales. Si el 959 contaba con tomas laterales circulares y en el actual Turbo (el de verdad) el aire entra generosamente por las aperturas laterales, en el 991/II debe introducirse por la rejilla superior. En cuanto a la filosofía con la que se han enfrentado a su actualización, sigue las tendencias que marcan el desarrollo de los deportivos modernos. Por un lado deben ser cómodos y fáciles de conducir para el uso diario. Y por otro, deben adaptarse a las crecientes restricciones ecológicas. La moda actual es diseñar motores de menores cilindradas pero con turbo, para reducir consumo y emisiones. Pero en un Porsche el objetivo no es ser práctico y económico, sino rápido y apasionante.