A principios de agosto, uno de los grandes yates fondeados en el puerto de Ibiza era el Faith, propiedad del magnate canadiense y coleccionista de Ferrari Lawrence Stroll. Fue él por ejemplo, quien pagó el año pasado 25 millones por un 275 GTS NART. Por los garitos de la isla andaban sus hijos pero no él, que prefirió conducir su Ferrari 512M “Sunoco” de 1970 en el circuito de Laguna Seca. Eso es poderío y eso es lo que sobra en la Monterey Car Week, la semana en la que se celebran, en un margen de tres días, eventos como el Concurso de Elegancia del Pebble Beach, The Quail, la Motorsport Reunion en Laguna Seca, el Concorso Italiano o varias subastas del máximo nivel.
El fin de semana empieza el jueves, cuando los aficionados pueden ver a los coches que participarán el sábado en el concurso de elegancia. Primeramente, participan en el Tour d’Elegance. Salen a las 8 de la mañana y hacen un recorrido por la zona que incluye rodar por la autopista del Pacífico, junto al mar. Entre las 12 y las 14 horas, se detienen en la Ocean Avenue, en la localidad de Carmel, donde el público puede admirar estas joyas, y luego vuelven a Pebble Beach. El viernes entre las 10 y las 16 se celebra The Quail, en el The Quail Lodge & Golf Club. El presidente y fundador de The Quail es Sir Michael Kadoorie, quien describe el evento como “una celebración de la extraordinaria herencia de la industria automovilística con una excepcional reunión de coches y motos, y una celebración también de la camaradería entre entusiastas, coleccionistas y amigos”. El nombre de Mr. Kadoorie quizá les suene porque hace algunos años compró catorce Rolls Royce Phantom para el Hotel Peninsula de Hong Kong. Es el dueño de Shanghai Hotels y presidente de la compañía energética CLP Holdings. Está en la lista Forbes de grandes fortunas planetarias y por supuesto atesora una gran colección de clásicos.
The Quail, que este año celebró su 13º edición, es sin duda el evento más exclusivo de los que se celebran durante el fin de semana y fue allí donde Lamborghini presentó el Lamborghini Aventador SV Roadster. Se elige también el “Best of Show”, que este año fue un sensacional Alfa Romeo 33 Stradale de 1968. Es un coche bellísimo y muy raro, tanto que se fabricaron solo 18 unidades y cotizan en varios millones. Bajo su carrocería de solo 3,97 metros de largo brilla una mecánica de competición. Diseñado por Franco Scaglione, el motor deriva del usado en el 33 de competición, un increíble V8 de sólo 2 litros de cilindrada capaz de girar a 10.000 rpm. Con 230 CV y un peso de apenas 680 kilos la relación peso-potencia es explosiva. Su dueño, Lance Butler, recibió como premio recibió un trofeo y un Rolex. El año pasado ganó un Talbot-Lago T150 C SS, y el anterior un Shelby Cobra Daytona de competición.

En todo caso, el evento más conocido de la Car Week y el que logra mayor repercusión es el Pebble Beach Concours D’Elegance, que se celebra el domingo. La tradición nos dice que lo que suele triunfar en este concurso son los coches europeos de los años 30, aunque el año pasado el premio fue para un Ferrari 375 MM de 1954 propiedad de Jon Shirley, ex presidente de Microsoft. Era la primera vez desde 1968 que ganaba un coche fabricado después de la II Guerra Mundial. En los últimos 65 años la marca americana que más premios “Best of Show” ha ganado es Duesemberg “la “Bugatti americana”, con seis victorias. No obstante, los europeos han ganado 46 veces, con Bugatti líder al llevarse nueve de estos premios. Cada año la organización elige unos temas principales sobre los que girará el concurso de elegancia. Este año han sido los 50 años del Shelby GT350 Mustang, los 75 del Lincoln Continental, Ferrari Grand Touring and Competition, DuPont, diseños de Carrozzeria Touring, los deportivos americanos Cunningham, Mercury Custom y deportivos británicos de pre-Guerra.
En la edición 2015 el gran premio, el Best of Show, fue el Isotta Fraschini Tipo 8A F (1924) de Jim Patterson, el coche que abre este reportaje. En Pebble Beach, el interés por los coches modernos se limita a los prototipos, o a los superdeportivos. Allí se pudieron ver muchos modelos que ya se han presentado este año en salones u otros eventos, como el Lamborghini Asterion, el Bentley EXP 10 Speed 6, el BMW CSL Hommage o el Aston Martin DBX Concept.
Es fácil imaginar que este fin de semana californiano es el mejor ambiente para vender coches muy caros, y para ese público tan especial se organizaron varias subasta. El más caro de ellos, un 250 LM, alcanzó 17,6 millones de $. No obstante la gran sensación fueron los 12 millones pagados por un McLaren F1 LM, un modelo al que por su creciente y elevada cotización muchos ya denominan “el nuevo Ferrari GTO”. Desde la empresa destacan además que cada vez hay más compradores de entre 30 y 40 años. La principal razón está en que muchos de ellos llegan desde el cercano Silicon Valley, donde están asentados los gigantes de la informática. Parece ser que los frikis tecnológicos a los que marginaban en el high school, ahora eligen cada mañana entre el Porsche, el Ferrari o el Lambo.