Cuando hablamos de “apellidos deportivos” hemos de reconocer que uno de nuestros preferidos es Cupra. No es por criticar al resto de las marcas, pero ya está bien de usar siglas y más siglas que nos acercan peligrosamente al mundo de las dos ruedas y sus nomenclaturas no aptas para memorias frágiles… Teorías aparte, el caso es que para encontrar los orígenes del primer Cupra de Seat tenemos que remontarnos al año 1996, cuando un Ibiza con motor 2.0 y 150 CV acuñó por primera vez esta terminología. Ahora se presentan candidatos como el Seat León Cupra.
Fiel a su pura raza deportiva, el motor 2.0 TSI reacciona de forma inmediata a cada movimiento del pedal acelerador y deleita al conductor con el aumento de revoluciones, acompañado por una acústica de lo más estimulante.
Hasta la fecha el León Cupra estaba disponible tanto en cupé como en cinco puertas o familiar (ST), con una potencia de 280 CV y con cambio manual o automático DSG. Y a partir del mes de enero llega una nueva entrega, en las tres carrocerías, que exprime un poco más el motor 2.0 TSI y consigue desarrollar 290 CV. El DCC (control de chasis adaptativo), el diferencial autoblocante delantero, la dirección progresiva, el Cupra Drive Profile y los faros delanteros Full Led de serie son algunas muestras más de su tecnología de vanguardia.
A grandes rasgos, se podría decir que los fundamentos clave de la dinámica son un peso bajo y una estructura rígida. A lo que también ayuda la nueva generación de DCC. Desarrollada específicamente para este modelo, es aún más sensible y ofrece mejor respuesta, adaptando las características del chasis en apenas unos milisegundos. Y ocurre lo mismo con las preferencias del conductor, porque el Cupra Drive Profile permite varios modos de conducción, a elegir entre “Comfort”, “Sport”, “Eco”, “Individual” y “Cupra”.
Como es lógico, este último fue uno de los grandes focos de atención para los ingenieros de Martorell. Por eso la respuesta al acelerador es especialmente sensible en este modo, mientras que el cambio DSG funciona de una manera mucho más deportiva y el actuador de sonido afina al máximo el rugido del motor y su turbocompresor. El DCC, la dirección progresiva y el diferencial autoblocante funcionan también en su configuración más deportiva.
Al fin y al cabo, el nuevo Cupra es la guinda del pastel de un modelo redondo que proporciona grandes satisfacciones a la marca española cada año. De hecho, hasta el pasado mes de octubre se habían matriculado en nuestro país 27.794 unidades del León, liderando el mercado, seguido de cerca por el Ibiza, con 26.893 ventas en el acumulado del año.