El domingo la resaca de la Champions League dejó paso al estruendo de los motores en Cibeles. El protagonista de la mañana del domingo dejó de ser el club blanco para ser Gary Paffett. El piloto británico hizo las delicias de los espectadores que acudieron al Paseo de Recoletos, donde dio una exhibición a bordo de un coche de la escudería Williams Martini Racing de Fórmula 1, en un circuito urbano improvisado para la ocasión.
El motor V6 de 700 CV del Williams F1 pilotado por Paffett arranco los vítores y aplausos del público en la exhibición llena de filigranas y derrapes por el asfalto madrileño. Hasta allí se desplazaron miles de curiosos y aficionados a la F1 que comprobaron de primera mano la velocidad de los monoplazas y el ruido del motor, además de quedar en algunas ocasiones tapados por el humo blanco de los neumáticos al derrapar, entre trompos, giros y derrapes.
Desde las 13:00 hasta las 14.30 horas, repartido en tres turnos, Gary Paffett trasladó toda la emoción de la F1 a las céntricas calles de Madrid, donde también fueron expuestoscoches históricos como el Brabham BT42/44 y Brabham BT45, propiedad de Manfredo Rossi di Montelera. Tras él coche Williams Martini Racing, fue el turno de un Mercedes Clase C AMG 63, que cerró el improvisado festival de velocidad en una jornada que acercó la Fórmula 1 en primera persona a los espectadores que pudieron vivir el ambiente de un Gran Premio.