Hace tiempo enfrentábamos al pequeño francés con el mejor Cupra de Seat, y no podíamos hacer otra cosa que situarlo en el bando de los solteros, un coche agresivo, deportivo a raudales y con una estética llamativa. Pues bien, con la renovación de la versión normal, a la deportiva también le tocaba su turno. El Renault Clio RS Trophy quiere morder, quiere correr, jugar contigo y hacerte pasar un rato divertido.
La estética es simplemente muy racing, con las nuevas llantas negras multirradio de 18 pulgadas, un alerón nuevo, y un paragolpes delantero rediseñado, que ahora incorpora unas luces nuevas en su parte más baja. Con un dibujo como el del logo de Renault Sport, estos faros son las luces antiniebla, de carretera y de largo alcance a la vez. Inteligente y de buen gusto. Por lo demás, sus cuatro puertas, sus faldones y su difusor trasero, que ahora aguarda una sorpresa si eliges la versión más potente. Y es que el Renault Clio RS Trophy puede equipar el escape Akrapovic.
El Clio RS tiene tres variantes, dependiendo del chasis escogido. El más versátil es el Sport, después, con mejoras de rigidez el Cup, y por último, el más rabioso y agresivo de la camada, el RS Trophy, de 220 CV en lugar de 200, que no solo mejora en su configuración y estructura, sino que rebaja la altura en 10mm detrás y 20mm delante.
Al volante quedas encajado en los asientos deportivos, con sus logos de RS bordados en rojo en el reposacabezas. También en este color van las costuras del volante, los bordes de la palanca de cambios automática, los cinturones, los bordes de las alfombrillas de Renault Spor, el emblema RS en el volante y los contornos de las tomas del aire.
Es hora de ver que tal se mueve por la pista, así que tras una vuelta guiados por un Megane RS, vamos saliendo en intervalos de tiempo de uno en uno. Pedal a fondo y en la pantalla de la consola central la barra amarilla que indica el acelerador se llena de golpe. Renault Sport ha creado una pantalla para ver los parámetros de aceleración, presión del turbo, potencia empleada, par o temperatura de aceite entre otras cosas.
De 0 a 100 km/h en 6,6 segundos y allá vamos, al cambiar a más de 6.000 rpm de repente suena un gruñido, un petardeo muy rápido y continuo. Es el maravilloso escape Akrapovic, un extra que yo no dudaría en coger para el Renault Clio RS Trophy. Primera curva, trazamos suave y al llegar al vértice gas a fondo, más gorgoteo proveniente del escape al cambiar con las levas fijas del cambio EDC de seis marchas y doble embrague. Frenada fuerte, pero sin recurrir al ABS. El RS muerde muy bien y de manera firme, casi sin contoneo nervioso. La dirección actúa ahora precisa, ágil y el cambio ha gestionado bien para que salgamos dando gas a tope sin perder fuerza. Eso sí, la luz del control de tracción parpadea incesantemente en ese momento.
Más curvas, más toques de freno para enlazar una con otra. El coche te permite disfrutar mucho y si se quiere buscarle las cosquillas a este tracción delantera. La recta de meta del circuito de Haute Saintonge causa un poco de impresión al principio, pues tiene un doble rasante y después de este viene una especie de chicane que se puede tomar casi en diagonal. La primera pasada la tomo levantando el pie en el primer y segundo rasante, pero me doy cuenta de que el coche es más que capaz. Así que en las siguientes vueltas, acelerador a fondo y continúo así incluso en el giro de volante para enfilar el morro para atravesar la chicane. Aquí llegamos con la velocidad más alta de todo el circuito por lo que los frenos se clavan a tope, pero tras un leve contoneo de la trasera ya estamos en la velocidad adecuada para abrirnos y tomar la siguiente curva.
Se habría agradecido unas levas que se movieran con el volante, a pesar de que estas son largas y finas, pero cuando entras pasado a una curva y quieres reducir tras frenar para girar de golpe y salir fuerte, no encuentras la leva y tienes que desplazar la mano. Por lo demás, el comportamiento es fantástico. El botón de RS Drive tras la palanca de cambios hace que el pequeño cachorro de Renault Sport se ponga en «modo caza». Sus gruñidos provenientes del escape Akrapovic serán la envidia de tus amigos, y la pesadilla de tus vecinos. Pero eso es un plus. El Renault Clio RS Trophy seguirá siendo el pequeño hermano del Megane, pero dará la misma diversión, así que déjale jugar si te topas con él. El precio de divertirse con el RS Trophy es de 26.100 euros.