Uno de los modelos más míticos del mercado español acaba de aterrizar renovado y con más prestaciones que nunca. El Seat León Cupra es todo un icono de la deportividad en España y ahora con este nuevo aspecto y la maquinaria que lo empuja, sube un escalón frente a su competencia, y como buen deportivo, lucha por los puestos de cabeza.
Además de adoptar el diseño de su hermano, el Seat León, incorpora algunos detalles que solo están disponibles para él, y así el Cupra se viste de una forma muy pintona, pero sin perder la elegancia. Aunque para ponerle algunas combinaciones hay que ser valiente, la esencia de este coche es así y no sería el mismo si no tuviéramos la opción de ponerlo un poco más «cool«.
Con el motor 2.0 TSI de 300 CV, el nuevo León Cupra se convierte en el coche tope de gama de la casa Seat, y además pasa a ser el coche más potente jamás fabricado por la misma. Tiene 10 CV más que el modelo anterior, y para sacarle el máximo partido a esta potencia, también se ha conseguido pasar de 350 NM de par a 380. Y os podemos asegurar, que son cambios pequeños, que se notan mucho. Todo dentro del León Cupra funciona como un reloj, perfectamente coordinado y dejando paso a un disfrute al volante difícil de superar. La velocidad máxima está limitada electrónicamente a 250 km/h, independientemente de si el cliente escoge un cambio manual o un DSG, siempre de 6 velocidades. Además, el León Cupra 300 cuenta con una suspensión específica que dispone de amortiguadores controlados electrónicamente.
Otro elemento fundamental en las versiones de tracción delantera es el diferencial autoblocante VAQ de tipo Haldex. Se caracteriza fundamentalmente porque su actuación es hidráulica pero su gestión es electrónica. Ahora bien, el VAQ destaca porque su funcionamiento no es tan pasivo como otros sistemas que recurren a los sensores del ESP para frenar la rueda interior de la curva y enviar más par a la exterior. Su funcionamiento está perfectamente coordinado con el resto de ayudas electrónicas y, además, trabaja tanto en aceleración como en retención, por lo que se eliminan completamente los habituales rebotes de dirección al acelerar saliendo de curvas cerradas, se da un descanso a los frenos ya que no tienen que actuar y tampoco se perciben interrupciones en la entrega de potencia. El conductor simplemente nota que el subviraje desaparece por completo y que la motricidad es la adecuada en cualquier circunstancia.