Los coches que debes probar antes de morir: Aston Martin DB5

Tanto el Aston Martin DB5, como el Jaguar E-Type, el Chevrolet Corvette y el Lamborghini Miura convirtieron el automóvil en una forma de arte.

Aston Martin DB5

La abreviatura GT es doblemente relevante para Aston Martin. Cualquier coche denominado Gran Turismo debe ser rápido, pero también confortable y elegante. Los ingleses reconocen que el término es italiano, aunque aseguran que la idea la inventaron ellos. El Grand Tour original data del siglo XVIII, cuando los jóvenes nobles británicos viajaban al Mediterráneo durante un año para aprender el arte de la vida…

Los coches que debes probar antes de morir: Aston Martin DB5

El Aston DB4 de 1958, en el que está basado el DB5, llevaba una carrocería diseñada por Carrozzeria Touring de Milán y construida según sus principios de ligereza superleggera. Consistía en una estructura tubular de finos tubos de acero con los paneles de aluminio de la carrocería acoplados. Era un concepto de automóvil muy parecido a los Ferrari, Maserati o los Mercedes SL de la época. Por eso el Aston Martin DB5, con su traje italiano y su mecánica inglesa, está considerado por muchos como el mejor GT de la historia. No es raro que fuera la elección de los productores Saltzmann y Broccoli para la película Goldfinger de James Bond, la primera de la saga del agente secreto 007.

Aston Martin DB5

Ese año, el Aston a escala fabricado por Corgi fue el juguete más vendido en Inglaterra. Cuando el Aston Martin DB5 se puso a la venta en 1963 costaba el doble que el Jaguar E-Type. La silueta del Aston, a pesar de su origen italiano, se reconoce como genuinamente inglesa. No es tan bello como el Jaguar E-Type ni tan excesivo como el Corvette, y tampoco tiene unas curvas tan sugestivas como las del Miura. Pero es extraordinariamente elegante, y ya se sabe que un verdadero caballero no gusta de llamar la atención. Además, destaca por su calidad. Fabricados durante décadas como exquisitas piezas de artesanía, los Aston se han ganado el prestigio de ser los mejores coches ingleses, por delante de los Rolls Royce.
David Brown –de ahí las siglas DB– tomó el control de la empresa en 1947 y el primer fruto importante de su trabajo fue el DB2 de 1950, que ocho años después fue sustituido por el magnífico DB4.

El cambio exterior más notable de nuestro DB5 respecto al DB4 son los faros carenados, un detalle que comparte con el E-Type y que era común con otros los deportivos de alto nivel de la época. En cuanto a la mecánica, el motor de seis cilindros en línea pasó de 3.7 a 4 litros, con lo que alcanzaba 282 CV. Hace 40 años ya llevaba un cambio manual de cinco velocidades y alcanzaba los 225 km/h de velocidad máxima –240 km/h en la versión potenciada Vantage–. En aquellos años en los que no había límites de velocidad, los técnicos de Aston podían probar sus coches en la autopista británica M1, por entonces recién inaugurada y cercana a su factoría de Newport Pagnell. No fue un coche revolucionario en el aspecto técnico, y siguieron usando el eje rígido en el eje posterior, pero incorporó frenos de disco en las cuatro ruedas. Pesaba 1.500 kilos a pesar de su carrocería de aluminio, y también llevaba elevalunas eléctricos y una radio de calidad, y el aire acondicionado –poco eficaz– era opcional.

Muchas estrellas del espectáculo de la época compraron un DB5, como Paul McCartney, George Harrison o Peter Sellers, quien dilapidó parte de su fortuna en decenas de automóviles –Lennon, ese hombre profético que odiaba el materialismo, prefirió un Ferrari 330 GT–. Mick Jagger eligió a su sucesor, el DB6. Era muy parecido, pero con el techo más alargado hacia el final del coche. Para algunos el gran atractivo de estos automóviles es que evocan el carismático Londres de los años sesenta, el sitio donde había que estar en aquellos tiempos. Antes de que la compañía británica viviera la actual época de florecimiento, personalizada en el DB9 y el V8 Vantage, el DB5 era el último Aston Martin admirado por sus incondicionales y por los más puristas.