A quien no le han dicho, sobre todo de niño, que hay que pensar antes de actuar. A mi me lo habían advertido, y repetido en múltiples ocasiones. “Si actúas sin pensar, habrá consecuencias”. Sin embargo, nunca hice demasiado caso, y quizás hayan pasado los años, pero hay cosas que no cambian. Esa frase me ha llevado hasta un Maserati Coupé.
Así es como, años después de esas advertencias, y tras comer con uno de esos amigos con los que sabes cuando te sientas en la mesa pero no cómo ni cuando te levantas, me encuentro andando camino a casa con un punto de alegría extra causado en parte por el vino que me acabo de beber. Digo en parte, porque el Maserati Coupé Cambiocorsa que le acabo de comprar al amigo en cuestión de forma totalmente impulsiva también tenga algo que ver. ¡Qué ilusión! Aunque no sé si también temeridad.

Los Maserati de los años 2000 como el 3200GT o el Coupé son para mi auténticas bellezas. Siempre me han gustado, y siempre quise tener uno, todo a pesar de su fama de poco fiables, que quizás esté incluso más acentuada en la versión Cambiocorsa, con el cambio F1 y embrague pilotado. Una de esas unidades es la que me acabo de quedar. Sin embargo, mi nuevo utilitario está en un estado excelente, y no le falla absolutamente nada… De momento. Y menos mal, porque no es ningún secreto que la mano de obra en Maserati no es precisamente barata.
Un utilitario diferente
Pero como el mundo es para los valientes, decido utilizar el coche de daily. Pocos coches hay en el mercado que sean mejores que el Maserati en relación calidad-precio. Y es que por un precio de Seat Ibiza un poco equipado tienes un deportivo emblemático de 390cv provenientes de un bloque V8 de 4,2l de cilindrada, cambio con levas, una estética absolutamente sublime, y hasta etiqueta de calificación energética que te permite evitar restricciones circulatorias. Todas estas características convierten a este modelo en un utilitario ideal para cualquier amante de los deportivos italianos que quieran un utilitario diferente.

Quizás no tenga el cambio de marchas más
práctico del mundo para los embotellamientos del día a día, pues es bastante
lento, y el consumo sea algo elevado (por ciudad unos 20L/100km fácilmente). Sin
embargo en el maletero caben hasta dos maletas, y los asientos son comodísimos,
así que también estamos ante un coche que sirve para viajar. Acelera mucho,
frena bien, tiene una suspensión deportiva pero cómoda, y es precioso. Sin
olvidar el interior, en este caso color crema, de una belleza que sólo podía
ser de corte italiano. La buena noticia es que como se trata de una unidad
reestyling, los materiales son de mejor calidad que en el modelo original, con
lo cual ni se aprecia desgaste ni hay partes que se hayan vuelto pegadizas al
tacto… Con estas características el coche le encanta hasta a mi mujer. No se
puede pedir nada más!
De escapada
Es por ello que no tardo mucho en planificar una de mis escapadas por placer. Es martes por la mañana, y luce un bonito día. Con este escenario, arranco el V8 y escucho la maravillosa melodía que sale por las 4 salidas de escape. Música para los oídos. No es para menos. El bloque del Maserati Coupé es de origen Ferrari, y se basa en el bloque del 360 Módena. Tras esperar 5 minutitos a que coja temperatura tanto el motor como la caja de cambios, nos ponemos en marcha.

Como siempre en estos casos, lo mejor es abandonar la ciudad condal por la vía rápida y coger la autopista, en esta ocasión rumbo sur. Pero antes toca repostar. ¡Así que lleno de 98 por favor!
Viajar a 120 por autopista en el Maserati Coupé es un poco aburrido, pero que le vamos a hacer. Al menos es cómodo y el habitáculo resulta muy silencioso. Además su equipo de música suena magníficamente. Buen momento para recuperar mis viejos cd, pues en el maletero tengo un cargador de 6, algo muy preciado hace poco más de una década de lo que ya nadie se acuerda. Detalles como este te hacen darte cuenta de cómo han cambiado las cosas de rápido. En cualquier caso, sólo tiramos una hora por autopista hasta que nos desviamos.
Por carreteras secundarias mejor
Después del primer tramo de vía rápida, una vez a la altura de Hospitalet de l’Infant, llega la hora de coger carretera nacional dirección Mora de Ebro. Hay poco tráfico, y lo agradezco porque en mi recorrido por la reserva natural de la Llaberia y les Serres del Cardó Boix puedo empezar a cambiar de marcha y a hacer cantar el magnífico motor v8 atmosférico a pleno pulmón. Suena de maravilla y empuja con rabia, con un sonido estremecedor que se acentúa conforme suben las revoluciones.

Mi camino prosigue por el parque natural
dels Ports, con un paisaje lleno de naturaleza, muy verde en el que apenas me
cruzo con algún vehículo. Territorio perfecto para sacar más partido de mi
coche -de acuerdo con lo políticamente correcto- quizás más de lo debido. Por carretera secundaria y sinuosa, y a pesar
del “cambiocorsa” que salvando las diferencias me recuerda el cambio de los
primeros Smart, este coche es muy gratificante
a nivel de conducción. No sé si será por esto que al rato nos entra el
hambre. Perfecto, porque llegamos a Valderrobles, ya en Teruel, un precioso
pueblo lleno de encanto lleno de restaurantes. Encuentro uno en una plaza con
terraza incluida, y me doy el lujo de aparcar junto a mi mesa. Así que disfruto
productos de la tierra acompañados de un buen vino mientras converso con mi
mujer viendo mi bella máquina. Excelente!
Café y en marcha para disfrutar el Maserati Coupé Cambiocorsa
Ya es media tarde, así que toca ponerse en marcha de nuevo, ahora hacia Torre del Visco, un estupendo Relais Chateau en medio de la nada, un enclave lleno de encanto y tranquilidad al que solo se llega por una pista de tierra. Pues nada, a darle al gas una vez más, esta vez sobre tierra, no hay problema. No soy médico, pero puedo afirmar que dar gas relaja, a la vez que ayuda a quitarse el estrés de encima gracias a la liberación de endorfinas que esta acción produce, más aún si estás al volante de un Maserati sobre una pista sin asfaltar. Mejor que la pista sea de apenas 6 kms porque sino adiós neumáticos…

Una vez establecidos en tal exclusivo enclave,
nada mejor que un paseo por los alrededores, para concluir el día con una cena
degustación con cava brut reserva para acompañar una velada romántica. Y con
este magnífico día, a dormir entre silencio y paz!
El despertar
Tras una tranquila noche ¿Es bonito despertarse con el canto de los pájaros verdad? Pues ese es el despertador de Torre del Visco, los pajaritos cantando, algo que no está nada mal para empezar una nueva jornada. Aunque a mi me gusta más otro cantar, porque ¿qué hay mejor que el sonido de un motor potente por la mañana? Así que sin entretenernos demasiado con el desayuno, y una vez con el motor caliente, arrancamos de nuevo.
El destino esta vez es Valencia, siempre por carretera secundaria para poder admirar la belleza de Teruel y Castellón a través de Monroyo, Morella… Y seguir hasta Chert por la N-232, y allí tomar la CV-10 hasta Nules. Alguno de los tramos de este recorrido son magníficos, muy recomendables para conducir con buenas vistas y buen asfalto donde compruebo una vez más el estupendo chasis del Maserati! Por no hablar del V8 que no deja de cantar a un buen régimen; conducir rápido no significa siempre tener prisa.

Aún así ya va bien correr un poco, pues
tenemos un objetivo: comer una auténtica y genuina paella en Valencia, algo que
hacemos en compañía de un buen amigo porschista y su mujer.
De vuelta a casa con el Maserati Coupé Cambiocorsa
Es miércoles, y jueves deberíamos estar en Barcelona. Es por ello que tras terminar con la ceremonia culinaria y habiendo pasado un estupendo rato, reemprendemos el camino hacia Barcelona. Sin dejar la autopista, nos hacemos todo el camino de una atacada, no sin antes repostar una vez más. Lleno por favor! Una última tirada y estamos en casa, como si nada. Sinceramente no he contado el consumo del coche durante los 700 kms que hemos recorrido hasta llegar a Barcelona de nuevo, pero si soy honesto me importa bien poco.

Si bien siempre nos machacan con el
discurso de que actuar sin pensar tiene consecuencias, lo que no nos dicen es
que a veces son positivas. Tan cierto es que este coche lo compré con un
calentón como que, como que ahora puedo decir que fue una decisión fantástica.
Durante dos meses he tenido en mi posesión una fantástica unidad de un modelo
que siempre adoré.
A pesar de su fama de poco fiable, en
unos 2000 kilómetros que le he hecho en un par de meses no sólo no me ha dado
ningún problema, sino que no ha dejado de regalarme sonrisas darme alegrías.
El elegantísimo interior, el tacto de la piel, la potencia del motor, su sonido, y su diseño sublime me han hecho hasta sentir rico. Y todo, no olvidemos, a precio de utilitario. La lástima es que tan rápidamente como llegó se haya ido, pues un amigo se enamoró tan locamente de él que tuve que vendérselo. Mi relación con el Maserati Coupé cambiocorsa ha sido breve, pero intensa. Ahora me tocará buscar otro utilitario…
Texto por: Dani Blasco